Los presidentes de Brasil y Argentina, Jair Bolsonaro y Mauricio Macri, condenaron enérgicamente “la dictadura de Nicolás Maduro” en Venezuela, en tanto se comprometieron a reformar el Mercosur y a agilizar las negociaciones comerciales “en curso”, especialmente con la Unión Europea (UE).
“Reafirmamos nuestra condena a la dictadura de Nicolás Maduro. No aceptamos esta burla a la democracia”, afirmó Macri en una declaración conjunta tras reunirse con el ultraderechista Bolsonaro en el palacio presidencial de Planalto.
“La comunidad internacional ya se dio cuenta: Maduro es un dictador que busca perpetuarse en el poder con elecciones ficticias, encarcelando opositores y llevando a los venezolanos a una situación desesperante”, añadió.
Macri ya había proferido comentarios similares el pasado jueves, día en que Maduro asumió un nuevo período de gobierno, y este miércoles fue mucho más enfático en sus críticas al gobierno de Venezuela que su homólogo brasileño, a quien el presidente venezolano tildó la víspera de “Hitler en tiempos modernos”.
El ultraderechista, que suele ser especialmente crítico con las “dictaduras” de Venezuela, Cuba y Nicaragua y le ha dado un giro diplomático radical a su país, se limitó a decir que la cooperación de Argentina y Brasil en relación a la situación en Venezuela es “el ejemplo más claro” de la “convergencia de posiciones” entre los dos países, sin mencionar directamente a Maduro.
Macri recordó que Argentina y Brasil, en el marco del Grupo de Lima, consideran ilegítimo el nuevo mandato de Maduro y reconocen en su lugar a la Asamblea Nacional como “única institución legítima” en el país caribeño.
El martes, el Parlamento venezolano, único poder controlado por la oposición, prometió amnistiar a los militares que desconozcan al “usurpador” Maduro, cada vez más aislado internacionalmente.
Su nuevo mandato (2019-2025) es desconocido por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina, alegando que es resultado de elecciones viciadas.
Mercosur “enjuto”
El otro gran tema de la reunión fue el Mercosur, el bloque formado también por Paraguay y Uruguay, que está en la cuerda floja después de que Bolsonaro, cuyo país es el socio principal, amenazara con retirarse si el bloque no se moderniza.
“El Mercosur precisa valorizar su tradición original: apertura comercial, reducción de barreras, eliminación de burocracias. El propósito es construir un Mercosur enjuto que siga teniendo sentido y relevancia”, afirmó Bolsonaro.
“Es necesario concluir rápidamente las negociaciones más promisorias e iniciar nuevas negociaciones con creatividad y flexibilidad para recuperar el tiempo perdido”, añadió el mandatario, que sumó a Brasil a la ola antiglobalizadora que se expande por el planeta, en países como Estados Unidos, Italia o Hungría.
Macri, que ostenta la presidencia de turno del bloque, resaltó que las negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) “han requerido mucho esfuerzo y se ha avanzado como nunca antes”.
“Con su llegada,[presidente Bolsonaro], tenemos oportunidad de renovar el compromiso político del Mercosur y dar los pasos hacia un acuerdo que beneficie a ambos bloques”, concluyó.
Las negociaciones, iniciadas hace más de 20 años y retomadas recientemente, todavía no superaron los resistencias de sectores sensibles en temas como la protección de las normas y denominaciones de origen, acceso al mercado europeo o el ritmo de liberalización del sector de autopartes sudamericano.
En declaraciones a la prensa, el canciller argentino, Jorge Faurie, dijo que la prioridad del bloque sudamericano será acelerar las negociaciones que ya “están muy prontas”, como las de la UE, los países del EFTA (Suiza, Islandia, Noruega y Liechtenstein) y Canadá.
Faure señaló que el Mercosur “es un espacio terriblemente cerrado, solamente vinculado con el 10% del PIB mundial” y que si se concluyen algunas negociaciones “en curso”, se lograría una relación con el 25% del PIB mundial.
“Enderezar la economía”
Los mandatarios, en su primer encuentro desde que Bolsonaro asumió el poder el pasado 1 de enero, firmaron un nuevo tratado de extradición entre los dos países y se comprometieron a profundizar la relación estratégica de las dos principales economías sudamericanas.
“No hay tabúes en la relación bilateral”, subrayó el presidente brasileño, que elogió la gestión de Macri para “enderezar la economía argentina”, que cerró el 2018 con una inflación de 47,6%, la segunda más alta de América Latina, después de Venezuela.
“Las reformas económicas que Brasil y Argentina están llevando adelante son fundamentales para el crecimiento sostenido y para revigorar el interambio comercial”, añadió Bolsonaro, que impulsa un ambicioso plan de ajuste con el que espera reactivar la economía del gigante sudamericano.