Argentina cerró 2018 con una inflación de 47,6%, la segunda más alta de América Latina después de Venezuela, a contracorriente de la mayor parte de los países del mundo que controlaron ese mal hace años.
Este índice es también el mayor registrado en Argentina desde 1991, año en que se aplicó a partir de abril la convertibilidad 1 peso 1 dólar y que aún así cerró en 84%.
En diciembre, la inflación fue de 2,6%, mostrando una desaceleración con respecto a los meses previos. En noviembre había alcanzado 3,2%, en octubre 5,4% y en septiembre 6,5%.
“Claramente Argentina se ubica entre los cinco primeros países con la inflación más alta”, dijo a la AFP el economista Martín Vauthier, de la firma Eco Go consultores.
“Es una inflación muy alta. Argentina es un caso sorprendente de una sociedad que se acostumbró a vivir con inflación. Hace varios años que la inflación no es un problema en el mundo, ni en los países desarrollados ni en los países emergentes”, añadió.
Argentina sufrió en 2018 el estallido de una crisis económica que llevó al país a pactar un crédito por 56.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional.
Se prevé que para 2018 el Producto Interno Bruto caiga -2,6%. La depreciación de la moneda a lo largo del año fue de 51%.