Los vecinos latinoamericanos de Brasil se preparan para un “efecto Bolsonaro” regional, luego de la holgada victoria del líder ultraderechista en las elecciones presidenciales.
Analistas consideraron que los efectos del resultado electoral del domingo en Brasil se sentirán en América Latina en el ámbito de la política exterior, de seguridad, comercio e incluso en cómo se desarrollan las campañas políticas.
La victoria de Bolsonaro afianza los avances electorales de los presidentes de derecha contra los gobiernos de izquierda hostiles a Estados Unidos, señaló a la AFP el comentarista argentino Pablo Seman, quien citó las recientes victorias de Mauricio Macri en Argentina, Sebastián Piñera en Chile y Mario Abdo Benítez en Paraguay.
“Estados Unidos está tomando posesión de lo que ha perdido en América Latina, en un contexto de lucha global con China por los recursos naturales, los mercados y el apoyo político. No hay lugar en América Latina donde Washington no haya recuperado la posición que perdió” en la década de 2000, añadió Seman.
Con el presidente republicano Donald Trump en la Casa Blanca, “los hombres fuertes tienen ventaja” en la política exterior de Estados Unidos, dijo por su parte a la AFP el analista estadounidense Michael Shifter.
El triunfo de Bolsonaro, sin embargo, aumenta los temores de un retorno a los gobiernos autoritarios en una región que ha padecido una serie de dictaduras militares.
Pero el cambio será moderado, según Mark Weisbrot.
“Este es un tipo que dijo que la dictadura brasileña no mató a suficientes personas, que necesitan matar a otras 30.000 personas, que la policía debería poder matar a sospechosos, que la izquierda tendrá la opción de ir a la cárcel o salir del país”, remarcó.
“¿Hará estas cosas? Creo que implementará todas las amenazas que pueda”, declaró a la AFP Weisbrot, del Centro para la Investigación de Políticas Económicas en Washington.
‘No tan extremo’
Sin embargo, “el cambio hacia un gobierno autoritario puede no ser tan extremo como muchos temen”, según Shifter, jefe del grupo de expertos del Diálogo Interamericano, porque los partidos tradicionales en el Congreso aún podrían proporcionar controles y balance.
Podría haber un “efecto Bolsonaro modesto” en los países vecinos, especialmente en aquellos que sufrieron gobiernos militares, “pero cada país tiene su propia dinámica particular que da forma a su dirección política. Cualquier contagio sería limitado”, añadió.
Iván Briscoe, director para América Latina del International Crisis Group, expresó a la AFP que el ascenso del militar retirado es parte de un gradual “alejamiento de la democracia” en la región, citando como los ejemplos más notables los de Venezuela y Nicaragua.
Bolsonaro ejerciendo el poder en el contexto social volátil de Brasil es algo alarmante para algunos.
“Cuando tienes un gobernante autoritario y militar populista en ese contexto, él no es solo un personaje para la risa, como suele ser Trump, en realidad es un muy serio rival para los derechos civiles, y los derechos humanos y las libertades básicas”, indicó Briscoe.
Bolsonaro tiene mucho en común con el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, acotó Briscoe.
“Es el atractivo del líder fuerte, es el programa político un poco vago, es la promesa de ‘confía en mí, haré el trabajo’, es el estilo. Por lo tanto, podríamos ver campañas similares en América Latina”, opinó.
Las elecciones comerciales de Bolsonaro
Bolsonaro se comprometió a implementar reformas de libre mercado en la economía más grande de la región y recientemente acusó a China, su mayor socio comercial, de “comprar a Brasil”.
Pekín tiene previsto desarrollar su estrategia agresiva en la región de los últimos años, según los analistas, con un estilo que atrae a los líderes latinoamericanos.
“Ofrece una inversión mucho más directa, préstamos y ayuda a los países en desarrollo que EEUU. Y tiene una política de no injerencia en los asuntos internos de los destinatarios”, señaló Weisbrot.
Independientemente de su política comercial con China, afronta un momento ansioso para el bloque regional del MERCOSUR en apuros: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
“Si Bolsonaro sigue adelante con su idea de permitir que los miembros persigan acuerdos comerciales bilaterales, y no como un bloque, eso sería un gran golpe”, señaló Shifter.
Según Weisbrot, Bolsonaro “seguirá a Macri y a los otros gobiernos de derecha en la búsqueda de políticas comerciales que la administración de Trump favorece”.
Briscoe está de acuerdo en que un líder con un enfoque de “Brasil Primero” entonces posiblemente “no hará maravillas para el Mercosur”.
Peor de los casos
Independientemente del atractivo de Bolsonaro para los mercados, Shifter dice que en base a su retórica y antecedentes de la campaña, podemos esperar “una considerable erosión de las normas e instituciones democráticas”.
Eso significa que Bolsonaro apoya a “movimientos de derecha y fascistas en todas partes, y también (es) un firme partidario de la política exterior del gobierno de Trump, que busca deshacerse de los gobiernos restantes de la izquierda”, dijo Weisbrot.
El peor de los casos es que podría convertirse en la respuesta de Sudamérica al presidente filipino Rodrigo Duterte, cuya guerra contra las drogas se ha saldado con el asesinato de unas 20.000 personas desde julio de 2016.
En un país donde los asesinatos a manos de la policía son alrededor de 5.000 por año, “si Bolsonaro y todos sus oficiales dicen que ‘los guantes están fuera, puede hacer lo que quiera, lo protegeremos, los tribunales no lo procesarán’, la señal que se dará en ese contexto podría llevar a una violencia espantosa “, expresó Briscoe.
“En Brasil eso realmente es un riesgo”, subrayó.