Ecuador anunció el jueves que exigirá pasaporte a los venezolanos desde este sábado ante las “dificultades para el control” de la ola migratoria generada por la crisis económica en su país, lo que fue rechazado por la Defensoría del Pueblo.
Hasta ahora los venezolanos solo necesitaban presentar su documento de identidad en los puntos de ingreso, donde recibían una carta andina que les permitía circular libremente por el territorio ecuatoriano.
Sin embargo, “con la finalidad de garantizar tanto la seguridad de los ciudadanos venezolanos como la seguridad de nuestro territorio (…), desde este día sábado próximo exigirá que todas las personas que entren a Ecuador presenten obligatoriamente su pasaporte”, señaló el ministro del Interior, Mauro Toscanini, en una declaración a la prensa.
La Defensoría del Pueblo expresó a su vez en Twitter que “conmina” al gobierno a “desistir de la medida de exigir pasaporte como único requisito para ingresar a Ecuador”.
El gobierno argumentó que ha encontrado “inconvenientes de seguridad” en cédulas y partidas de nacimiento de venezolanos y ha identificado “casos de trata de personas y tráfico de migrantes que ingresaron al país portando estos documentos”.
“Esto genera dificultades para el control migratorio sobre la nacionalidad de identidad de las personas” debido a que “no es posible validar la información de los datos ni tampoco su autenticidad”, apuntó la Secretaría de Comunicación en un boletín.
Toscanini también exhortó al gobierno de Nicolás Maduro “para que de una vez haga todos los esfuerzos políticos y sobre todo sociales con el fin de que sus ciudadanos no tengan que pasar por la muy difícil situación de dejar su país”.
Quito tomó la medida en el marco del estado de emergencia migratorio que declaró el miércoles último, a raíz de la llegada diaria de unos 4.200 venezolanos.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) calcula que casi 550.000 venezolanos han entrado a Ecuador desde principios de año. La mayoría llega a a pie y en condiciones precarias.
La organización estima que solo el 20% de los que llegan se quedan en suelo ecuatoriano, mientras que los otros continúan hacia Perú y Chile.
A ello se suman las dificultades que enfrentan para obtener un pasaporte en su país, sumido en un profunda crisis que ha llevado al desabastecimiento de alimentos, medicinas y hasta de papel.
“Niveles intolerables”
Poco antes del anuncio, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, se reunió con 13 migrantes venezolanos en el palacio de Carondelet, sede del gobierno nacional.
En el encuentro, Moreno había adelantado que su país debía “tomar algunas decisiones” que “no deberán afectarles (a los venezolanos que están en Ecuador)”, sino que tienen “la intención de regularizarlos”.
En ese sentido, Ecuador decidió extender los beneficios de todos sus servicios sociales a los migrantes de Venezuela que están en el país.
“Sería mejor que la ciudadanía de cada país resuelva sus problemas dentro de cada país, pero parece que la situación ya ha alcanzado niveles intolerables” en Venezuela, dijo Moreno.
Para Daniel Regalado, presidente de la Asociación Venezuela en Ecuador, el gobierno “tiene que tomar sus decisiones como país soberano y eso lo tenemos que aceptar, pero esto va a generar un conflicto, una tristeza muy grande para el pueblo de Venezuela que está tratando de salir de esa dictadura”.
“Si vienen sin dinero, si vienen caminando, imagínese encontrarse con una frontera en la que no les van a permitir pasar para seguir su camino. Esto va a ser vulnerable para ellos en todos los sentidos”, comentó a la AFP.