La corrupción vuelve a ser el principal foco de atención de la política en Argentina, un país que enfrenta una pequeña crisis económica y que ahora se entera de la forma en que las autoridades recibían millonarios sobornos, en un caso que la prensa ha denominado como “los cuadernos de las coimas”.
El nuevo escándalo fue revelado tras una extensa investigación de diario La Nación de Argentina, que indagó el contenido de ocho cuadernos escolares que pertenecían al chofer del ex número dos del Ministerio de Planificación durante los años en que gobernaron Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), donde se relatan el pago de millonarios sobornos a las máximas autoridades del país vecino.
Según los cuadernos, que detallan con meticulosidad montos, recorridos y puntos de recogida y de entrega de maletines con dólares en efectivo, los sobornos fueron utilizados para obtener la adjudicación de obras públicas, todo bajo la atenta supervisión de Julio de Vido, el poderoso ministro de Planificación durante todo el kirchnerismo (2003-2015).
El chofer Oscar Centeno, autor de las anotaciones, un exsuboficial de ejército, fue detenido el miércoles al igual que una docena de empresarios y exfuncionarios. El jueves rindió indagatoria y, según la prensa, optó por declararse como arrepentido, admitió la autoría de los cuadernos y se acogió a un defensor público.
El caso de los “cuadernos de las coimas” será el primero en Argentina donde rija la figura del arrepentido, promulgada en 2016 y que permite a los acusados reducir sus condenas, en caso de colaborar con la investigación e inculpar a otros involucrados.
Según la Fiscalía, los presuntos sobornos habrían alcanzado unos 160 millones de dólares.
Hasta ahora, se realizaron 34 allanamientos en los que fueron incautados 14 automóviles, el equivalente a unos 50.000 dólares en efectivo y dispositivos informáticos.
El chofer, las coimas y los cuadernos
Centeno trasladaba en un Toyota Corolla a Roberto Baratta, principal asesor de Julio de Vido, quien era el encargado de recibir los pagos en efectivo de los sobornos, los cuales eran pagados por grandes empresarios argentinos a fin de obtener la adjudicación de licitaciones públicas.
Según publicó diario La Nación de Argentina, los cuadernos mostraban una “estructura” para la recolección de dinero proveniente de sobornos. Baratta acudía todas las semanas a la quinta de Olivos (palacio presidencial) donde recibía instrucciones sobre cómo y a quién cobrar. Pagos que habían sido acordados entre empresarios, De Vido y Kirchner.
Los dineros de los sobornos variaban según el tipo de proyecto, cuando la suma de los sobornos superaba los 2 millones de dólares, Baratta y De Vido acudían personalmente al palacio presidencial a entregar la plata a Kirchner, cuando las sumas eran menores los montos eran recibidos por Daniel Muñoz, antiguo secretario privado del expresidente, en el departamento particular de la familia K en Buenos Aires.
Para Leandro Despouy, quien fue auditor general entre 2002 y 2016, los llamados ‘cuadernos de la corrupción’ van a abrir “una compuerta que en Argentina no se había abierto”.
“Implica un gran número de empresarios, no son solo funcionarios. Puede ser el inicio de un ‘Lava Jato’ en Argentina”, declaró Despouy a la Agence France-Presse, en referencia al enorme escándalo de corrupción de Brasil.
Según el exfuncionario, lo más probable es que los empresarios colaboren con la justicia y se declaren víctimas de extorsión por parte del Estado.
Las detenciones realizadas en la madrugada del miércoles incluyen a Baratta. También fueron arrestados los empresarios Gerardo Ferreyra, de la constructora Electroingeniería, y Javier Sánchez Caballero, exgerente general de IECSA, la constructora que pertenecía a Ángelo Calcaterra -primo del presidente Macri-, que provenía del grupo Socma (Sociedad Macri).
“Jamas pagué coimas (sobornos). Esto es un circo mediático“, se defendió Ferreyra este jueves cuando fue trasladado esposado para declarar ante el juez.
Otro de los detenidos es el exsubsecretario legal de Planificación Federal Rafael Llorens, y el expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción, el empresario Carlos Wagner.
Los cuadernos publicados
Los cuadernos que dieron origen a la causa fueron entregados por una fuente reservada a un periodista del diario La Nación, que a su vez los aportó a la justicia, pero solo serían fotocopias.
El diario ha publicado facsímiles de varias páginas, prácticamente una bitácora de anécdotas y direcciones relacionadas siempre con los bolsos de dinero.
La expresidenta y actual senadora Fernández fue citada a indagatoria el próximo 13 de agosto por el juez Claudio Bonadío, quien lleva la causa.
Fernández, que puede ser juzgada pero no detenida debido a sus fueros parlamentarios, anunció que hablará durante un acto este viernes 3 de agosto y confirmó que asistirá a las indagatorias con el juez Bonadio.
El magistrado también solicitó al Senado allanar las propiedades y la oficina de Cristina Fernández, algo que debe ser aprobado por la Cámara Alta, debido al fuero que tiene en su calidad de expresidenta. Bonadio pretende revisar tres propiedades que la exmandataria utiliza de forma habitual: un departamento en Buenos Aires y dos casas en la provincia de Santa Cruz, en la patagonia argentina.
Entre los seguidores de la expresidenta, la figura más relevante de la oposición, lo atribuyen a una operación política en su contra.
La justicia investiga bajo la hipótesis de asociación ilícita en una causa en la que se esperan más arrestos.
No es la primera causa de corrupción que salpica a la expresidenta o a sus funcionarios. El caso más recordado es el de José López, exsecretario de Obras Públicas, atrapado ‘in fraganti’ en 2016 cuando intentaba esconder bolsos con nueve millones de dólares en un convento en las afueras de Buenos Aires.
Dineros a Miami
La Unidad de Información Financiera (UIF), encargada de indagas delitos de este tipo, ha señalado que la mayor parte de los dineros que aparecen en los cuadernos de Centeno se encuentran en cuentas de bancos de Miami, por lo que ha solicitado la colaboración de las autoridades norteamericanas.
La UIF investigaba hace años una serie de cuentas y propiedades por 60 millones de dólares que Daniel Muñoz, fallecido en 2016 y exsecretario privado e Néstor Kirchner, tenía a través de sociedades offshore registradas en Miami y Nueva York.
La justicia argentina sospecha que ese dinero proviene de los más de 160 millones de dólares que De Vido, Baratta y los Kirchner, recolectaron durante los más de 10 años en que recibieron sobornos, consignó diario La Nación de Argentina.
El dinero habría sido invertido en lujosos departamentos y bienes en Nueva York, el Caribe y el sur de Florida. La justicia sospecha que ese dinero nunca perteneció a Muñoz, a quien apuntan como testaferro de los Kirchner.