Los diputados argentinos aprobaron este miércoles un proyecto que legaliza el aborto y permite a los servicios de salud tener protocolos para realizar estos procedimientos en el país trasandino.
Aunque el proyecto fue aprobado por los diputados, todavía debe ser ratificado por el Senado de Argentina, donde también se visualiza un extenso y complejo debate, además de una reñida votación, debido a la fuerte influencia de la Iglesia Católica.
Hasta ahora en Argentina la interrupción del embarazo sólo está permitido para casos de violación o en los que esté en riesgo la vida de la madre, en el primer caso se necesita una autorización judicial y en el segundo de un médico.
¿Qué dice el nuevo proyecto?
El proyecto que debate el Congreso argentino plantea que cualquier mujer pueda interrumpir su embarazo antes de las 14 semanas, sin ningún tipo de requerimiento previo.
Además, los servicios de salud deberán garantizar que el procedimiento se realice en un plazo menor a 5 días desde que la mujer solicitó el procedimiento.
El proyecto también plantea que después de la semana 14 de gestación, la interrupción del embarazo sólo se podrá realizar en caso de riesgo de salud de la madre o de violación, aunque no se requerirá de una autorización judicial.
En caso de menores de 16 años, la interrupción del embarazo deberá contar con autorización de los padres o responsables.
¿Quiénes impulsan el proyecto?
La iniciativa ha sido impulsada principalmente por más de 300 organizaciones sociales, políticas,de derechos humanos y científicas, reunidas desde 2003 en la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, consigna el periódico Perfil de Argentina.
Desde 2003 esta agrupación había intentado ingresar al Congreso el proyecto, pero la falta de apoyo en las principales bancadas (peronistas, PRO y radicales), difuminó esta posibilidad, hasta este años.
El presidente Mauricio Macri se abrió a la posibilidad de debatir la legalización del aborto, dejando la situación en manos del Poder Legislativa, sin mostrar abiertamente una postura a favor o en contra del proyecto, pese a declararse “pro vida”.
¿Salud pública o ética?
El debate ha estado marcado por posturas que defienden la legalización del aborto como un tema de salud pública, donde incluso la Organización Mundial de la Salud ha señalado que los países deben garantizar la interrupción del embarazo.
Según cifras oficiales, de 245 muertes de mujeres embarazadas registradas en 2016, 17% ocurrieron por abortos. Varias ONG calculan que cada año muere un centenar de mujeres, de 500.000 que se practican abortos clandestinos en Argentina.
“No está en cuestión las creencias personales y religiosas de los legisladores. Estamos debatiendo si va a seguir habiendo aborto clandestino o si el Estado va a garantizar el aborto legal, para no haya una sola muerta más”, aseveró la diputada Myriam Bregman, del Frente de Izquierda.
Por su parte, la Iglesia Católica de Argentina redobló sus esfuerzos para frenar la aprobación de este proyecto en el país natal del papa Francisco.
La semana pasada desarrolló el último jueves una manifestación interreligiosa, que unió a judíos, musulmanes y cristianos para decir “No al aborto”.
Además de manifestaciones públicas, la iglesia también desplegó todo su peso en homilías, documentos, entrevistas y llamados a los legisladores para evitar lo que los ultracatólicos denominan una “catástrofe”.
Un centenar de obispos emitió una declaración para pedir “soluciones nuevas que resuelvan los problemas sin necesidad de matar o interrumpir vidas de seres humanos” y el papa exhortó a “cuidar la vida desde su concepción hasta su fin natural”.