Eran cuatro policías, tenían al asaltante frente a sus narices, pero detuvieron… a una de las víctimas, que también era policía.

La confusa situación ocurrió frente al Banco Provincia de La Plata, cuando un hombre de 65 años que portaba un millón de pesos argentinos, fue interceptado por dos individuos que le dispararon en piernas y brazos, detalla Clarín.

Ambos asaltantes huyeron corriendo. Uno de ellos ingresó a un edificio universitario y luego intentó robar un vehículo. Para su sorpresa, el auto pertenecía a un policía fuera de servicio que portaba su arma y logró reducirlo. Pero cuando llegó el resto de los agentes, detuvieron a su propio colega, permitiendo al ladrón tomar el volante. Pasaron sólo segundos y el delincuente aceleró a toda velocidad, logrando escapar sin que hasta ahora se conozca su paradero.

“¡Se escapó el hijo de puta, qué pelotudos que son!”, gritó en ese momento el vecino que grabó la secuencia. ¿Un error? Lo dirá la investigación a la que fueron sometidos los policías involucrados.