El estado de Florida ejecutará este jueves al reo Mark Asay, condenado por dos asesinatos, con un medicamento que nunca antes había formado parte de la inyección, sustituyendo el polémico midazolam.

También es la primera ejecución que tiene lugar tras una suspensión de 18 meses debido a obstáculos legales en el sistema según el cual se imponía la sentencia a muerte.

La ejecución está programada para las 18:00 locales (19:00 de Chile) en la Prisión Estatal de Florida, en el centro-norte del estado.

Asay, de 53 años, fue condenado a muerte por los asesinatos en 1987 de Robert Lee Booker y Robert McDowell en Jacksonville (norte de Florida).

“El Departamento de Prisiones de Florida respeta la ley y lleva a cabo la sentencia del tribunal”, dijo a la Agence France-Presse la portavoz Ashley Cook, añadiendo que el principal objetivo de la administración penitenciaria es garantizar que “el procedimiento de la inyección letal sea un proceso humano y digno”.

Asay es el primer reo que es ejecutado en este estado desde Oscar Ray Bolin el 7 de enero de 2016, cinco días antes de que la Corte Suprema de Justicia fallara que las ejecuciones en Florida eran inconstitucionales porque no garantizaban la decisión unánime del jurado. Todas las ejecuciones fueron suspendidas desde entonces.

Finalmente, en marzo de este año, el gobernador Rick Scott firmó una ley que exige que un jurado pida unánimemente la pena de muerte para que ésta pueda ser impuesta por el juez.

En el cóctel de tres fármacos que forman parte de la inyección letal, las autoridades penitenciarias sustituirán el ansiolítico midazolam por etomidate, un sedante que no ha sido utilizado antes con este fin.

El midazolam ha generado gran polémica y numerosos contratiempos legales porque, según sus críticos, no siempre es suficiente para sedar a los prisioneros y puede causar un sufrimiento excesivo.

Janssen, una división de la farmacéutica Johnson & Johnson que creó el etomidate, reclamó que su medicamento no fue diseñado para matar prisioneros.

“Janssen descubre y desarrolla innovaciones médicas para salvar y mejorar vidas”, dijo el martes Greg Panico, portavoz de Janssen, al diario Washington Post. “No aprobamos el uso de nuestras medicinas en inyecciones letales para la pena capital”.