El presidente brasileño, Michel Temer, trató el domingo de quitarle hierro al escándalo de las carnes, luego de que se destapase una red de corrupción de inspectores sanitarios, en su país, que recibían sobornos por autorizar venta de alimentos no aptos para el consumo.
Temer convocó a reuniones de emergencia en Brasilia a ministros, empresarios y embajadores de los mayores mercados del primer exportador mundial de carne bovina y avícola, ante quienes alegó que los frigoríficos acusados de vender productos vencidos o averiados son apenas 21, sobre casi 5.000.
Para demostrar que no había motivo alguno de recelo, invitó a los embajadores a cenar en una “churrascaria” al concluir la reunión: “Si aceptaran la invitación, nos harían muy felices“, declaró.
La Policía Federal destapó el viernes un esquema en el que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para el consumo.
El escándalo corre el riesgo de asestar un nuevo y duro golpe al país, sumido desde hace más de dos años en la peor recesión de su historia y con sus principales constructoras involucradas en la gigantesca investigación Lava Jato, sobre sobornos en la estatal Petrobras.
Detenciones
Más de 30 personas fueron detenidas, tres frigoríficos fueron clausurados temporalmente y 21 se hallan bajo investigación. Entre los sospechosos figuran grupos como JBS, BFR y Peccin, pesos pesados mundiales.
“La manera como se dio la noticia pudo haber creado una preocupación muy grande, tanto en países que importan nuestra carne como en consumidores brasileños”, admitió Temer.
“Es importante destacar que, de 11.000 empleados solo se investiga a 33 y que, de las 4.837 unidades sujetas a inspecciones, apenas hay 21 presuntamente implicadas en eventuales irregularidades. Y de esas 21, solo seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días”, expuso.
En la reunión había 33 diplomáticos, en una demostración del poderío del sector ganadero brasileño, que exporta sus productos a más de 150 países.
Las exportaciones brasileñas de carne de pollo superaron en 2016 los 5.900 millones de dólares y las de carne bovina llegaron a 4.300 millones, según datos del Ministerio de Desarrollo y Comercio Exterior.