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El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) ha puesto en marcha un masivo convoy de ayuda humanitaria con más de 700 camiones rumbo a las áreas más remotas de Sudán, afectadas por el conflicto entre el Ejército y los paramilitares. La situación de hambruna en el campo de desplazados de Zamzam ha llevado a una movilización sin precedentes, donde se distribuirán cerca de 17.500 toneladas de alimentos para aproximadamente un millón y medio de personas en 14 puntos críticos del país. A pesar de la llegada del primer convoy a Zamzam, la crisis alimentaria es alarmante, con 4,7 millones de niños y mujeres en riesgo de malnutrición grave. Paralelamente, la ONG Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha alertado sobre un inminente colapso total en Sudán, describiendo una situación desgarradora de violencia y desplazamiento que demanda una intervención urgente de la comunidad internacional ante el bloqueo de acceso a la ayuda humanitaria por parte de ambas facciones en conflicto.

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El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) anunció este viernes la puesta en marcha de un gran convoy de ayuda humanitaria formado por más de 700 camiones que se dirigen ya a las zonas más remotas de Sudán, azotada por la guerra entre el Ejército y los paramilitares.

Aquel conflicto armado ha sido devastador, provocando situaciones nunca vistas en años anteriores, como la declaración de un estado de hambruna en el campo de desplazados de Zamzam, en el oeste del país.

Los camiones anunciados por la ONU transportan cerca de 17.500 toneladas de comida, suficiente como para alimentar a un millón y medio de personas en los 14 “puntos críticos” identificados por todo el país.

Zamzam se encuentra entre las zonas que se abastecerán, en cuyo campamento de refugiados sobrevive al menos medio millón de personas. Hasta ahí llegó este viernes el primer convoy de ayuda, según pudo confirmar el PMA a través de su comunicado.

La mitad de la población mundial en situación de alerta por hambruna catastrófica se encuentra ahora mismo en Sudán. 4,7 millones de niños menores de cinco años y mujeres embarazadas o en estado de lactancia sufren de malnutrición aguda.

El PMA proporciona detalles exactos sobre tres convoyes, comenzando por el de Zamzam, que atravesó el 9 de noviembre el cruce de Adre, por la frontera con Chad, que lleva 150 toneladas métricas para 12.500 personas y ha llegado este mismo viernes al campamento.

El segundo convoy al campo de desplazados partió el pasado 12 de noviembre con 330 toneladas para 27.400 personas y de momento no tiene fecha de llegada. Tampoco la tiene el tercer convoy que salió en dirección a Kordofán del Sur el 12 de noviembre, con 210 toneladas métricas para 10.000 personas.

El convoy que ha alcanzado este viernes Zamzam es el primero que llega al campamento desde que se confirmó la hambruna en agosto, en medio de un estado de caos absoluto por el asedio de los paramilitares a la cercana capital del estado de Darfur Norte, El Fasher.

El director regional del PMA para Sudán, Laurent Bukera, recordó que su equipo “trabaja las 24 horas del día para garantizar que las familias de Sudán reciban los alimentos necesarios para sobrevivir” y describe el plan de su agencia como una iniciativa “cuyo éxito hace falta desesperadamente”.

ONG alerta de una “cuenta atrás para un colapso total” en Sudán

El secretario general de la ONG Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Jan Egeland, concluyó una visita a Sudán con un mensaje de extrema alarma sobre la situación en un país que se encuentra ya en una “cuenta atrás incesante a un colapso total”.

Aunque no hay cifras exactas sobre el número de víctimas provocadas por el conflicto, Egeland tiene constancia de que, solo el mes pasado, más de 2.500 personas murieron en la región de Darfur y otras 250.000 acabaron desplazadas, siempre según las estimaciones más conservadoras.

Representantes de comunidades locales han explicado al responsable humanitario de un abanico de atrocidades: poblados enteros exterminados, mujeres violadas y civiles ejecutados que conforman el “panorama de tierra quemada que es Sudán en 2024”.

Este conflicto recuerda al conflicto de Darfur ocurrido hace 20 años, excepto que ahora la comunidad internacional parece haberse desentendido por completo del mismo “cuando entonces había presidentes y primeros ministros” intentando arreglar la situación.

A pesar de las necesidades urgentes, ambas partes en el conflicto continúan bloqueando el acceso a la ayuda. “Esto no es un accidente”, indicó Egeland, quien ha responsabilizado por igual a paramilitares y Ejército.

Las Fuerzas de Apoyo Rápido y las Fuerzas Armadas Sudanesas no pueden utilizar el hambre como arma. Cada retraso, cada camión bloqueado, cada autorización retrasada es una sentencia de muerte para las familias que no pueden esperar un día más para recibir comida, agua y refugio. Es moralmente indefendible“, ha lamentado.