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El tribunal militar de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, condenó a pena de muerte a 37 de los 51 acusados por el intento de golpe de Estado del 19 de mayo, incluyendo tres ciudadanos estadounidenses. Los condenados fueron declarados culpables de asociación criminal, atentado, terrorismo y posesión ilegal de armas, mientras que 13 personas fueron absueltas y un acusado fue declarado inocente por problemas de salud mental. Entre los condenados se encuentran Marcel Malanga, hijo del presunto líder del golpe, y Jean-Jacques Wondo, investigador belga-congoleño. El fallido golpe fue liderado por un activista congoleño y extranjeros armados que atacaron el palacio presidencial con drones y quemaron banderas de la RDC, resultando en al menos tres muertos. La RDC no ha ejecutado penas de muerte en dos décadas, pero se levantó la prohibición en marzo para eliminar "traidores" del Ejército.

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El tribunal militar de la capital de la República Democrática del Congo (RDC), Kinsasa, condenó este viernes a pena de muerte a 37 de los 51 acusados por un intento de golpe de Estado perpetrado el pasado 19 de mayo, incluidos tres ciudadanos estadounidenses.

Los 37 condenados fueron declarados culpables de cargos de asociación criminal, atentado, terrorismo y posesión ilegal de armas y municiones de guerra, mientras que 13 personas fueron absueltas al no probarse las acusaciones y un acusado fue declarado inocente al considerarse como atenuantes sus problemas de salud mental, informaron medios locales.

La corte no resultó convencida, debido a los argumentos de varios de los acusados, que afirmaron en sus alegatos haber sido obligados a participar en los hechos.

Entre los condenados se encuentran tres estadounidenses, incluyendo Marcel Malanga, hijo veinteañero del presunto líder del golpe, el activista de la diáspora congoleña Christian Malanga, que fue abatido por las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) durante los hechos.

También recibió la pena capital Jean-Jacques Wondo, investigador en política y seguridad en la región africana de los Grandes Lagos con nacionalidad belga y congoleña, que había sido contratado en el pasado por la organización Human Rights Watch (HRW).

El fallido golpe de Estado en la República Democrática del Congo

Durante la madrugada de 19 de mayo, decenas de atacantes congoleños y extranjeros encabezados por el citado activista asaltaron el palacio presidencial con el objetivo de deponer al presidente del país, Félix Tshisekedi.

Los atacantes disponían de material sofisticado, incluyendo drones, detalló entonces el portavoz de las FARDC, Sylvain Ekenge.

Durante el asalto, Christian Malanga, quien afirmaba ser un antiguo militar, emitió varios vídeos en la red social Facebook en los que se veía a un grupo de hombres armados y con uniforme militar en el vestíbulo y los jardines del Palacio de la Nación, residencia oficial de Tshisekedi, pese a que el mandatario no suele pernoctar allí.

“Disfruten de la liberación de nuestro nuevo Zaire”, clamó Malanga en inglés, mientras los asaltantes quemaban banderas de la RDC y portaban otras del Zaire, antigua denominación del país durante la dictadura de Mobutu Sese Seko de finales del siglo pasado.

Asimismo, hombres armados irrumpieron en la residencia del vice primer ministro y ministro de Economía, Vital Kamerhe, que resultó ileso, aunque al menos tres personas murieron en el asalto, incluyendo dos policías encargados de la seguridad del político y un agresor.

Además de Marcel Malanga, fueron identificados otros dos estadounidenses: Benjamin Reuben Zalman-Polun y Taylor Thomson. Junto a ellos, un británico y un canadiense.

Christian Malanga, de 41 años, quien se hacía llamar comandante y a menudo vestía uniforme militar, era muy conocido en los círculos de la diáspora congoleña en EE.UU. por sus discursos contra el poder.

Lideraba el movimiento ‘New Zaire’ (Nuevo Zaire), así como el Partido Congoleño Unido (PCU) y llegó a declarar su intención de presentarse a la Presidencia del país.

Nacido en 1983 en la entonces República del Zaire, Malanga creció en la comuna de Ngaba, en Kinsasa, y vivió en Sudáfrica y Esuatini (antigua Suazilandia) antes de instalarse en EE.UU.

La pena de muerte en RDC

En cuanto a la sentencia en contra de los condenados a muerte, es necesario señalar que en la República Democrática del Congo no se han ejecutado estas penas desde hace unas dos décadas, según la BBC.

Dentro de ese período, los condenados que han recibido la pena de muerte cumplen con cadena perpetua.

Sin embargo, el gobierno decidió levantar esta barrera en marzo pasado, argumentando que se debía eliminar a “traidores” del defectuoso funcionamiento del Ejército, según el citado medio.