Tras el golpe de julio pasado, Níger se convirtió en el cuarto país del oeste de África liderado por una junta militar, después de Mali, Guinea-Conakri y Burkina Faso, donde también se perpetraron golpes de Estado entre 2020 y 2022.
La junta militar que tomó el poder en Níger tras el golpe de Estado del pasado 26 de julio, que derrocó al presidente Mohamed Bazoum, quiere dialogar con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).
Asi lo confirmó este domingo a Agencia EFE un miembro de una delegación nigeriana de líderes religiosos que se reunió ayer sábado con los golpistas nigerinos.
“La junta militar de Níger quiere entablar conversaciones con la Cedeao para resolver la crisis que atraviesa el país y conseguir que se levanten las sanciones que les impusieron”, dijo a EFE por teléfono el jeque Abdul Rahman Ahmad, imán jefe de la Sociedad Ansar Ud Deen de Nigeria, una organización musulmana.
La delegación, encabezada por el jeque Abdulahi Bala Lau, aterrizó ayer al medio día en Niamey, donde se reunió con el líder de la junta, el general Abdurahamane Tiani, y el primer ministro designado esta semana por los golpistas, Mahamane Lamine Zeine.
“Dijeron que no se les entendió correctamente y que las sanciones al país están mal. Así que les gustaría reunirse con la Cedeao en los próximos días para hablar sobre la crisis y ver cómo pueden retirarse” esas medidas, añadió Ahmad.
Asimismo, según un comunicado del líder de la delegación recogido hoy por medios nigerianos, Tiani se mostró abierto a la diplomacia y se disculpó por no haber atendido personalmente a otra delegación de alto nivel enviada por la Cedeao el 2 de agosto y encabezada por el general Abdulsalami Abubakar, ex jefe de Estado de Nigeria.
El líder militar justificó esa decisión por su enfado después de que el bloque regional diera el pasado 30 de julio a la junta un ultimátum de siete días para devolver el poder a Bazoum sin descartar el uso de la fuerza.
Por su lado, el recién nombrado primer ministro tildó este sábado en medios nigerinos las duras sanciones económicas impuestas por la Cedeao de “inhumanas e inaceptables”.
Sin embargo, Zeine aseguró que las autoridades del país están “abiertas a seguir una mediación, lograr reducir todas esas restricciones y volver a una situación normal”.
La delegación -la segunda de líderes religiosos desde el inicio de la crisis- llegó a la capital de Níger tras haberse reunido a principios de esta semana en Abuya (Nigeria) con el presidente nigeriano y jefe de turno de la Cedeao, Bola Ahmed Tinubu.
Níger y Nigeria comparten lazos históricos, étnicos y religiosos y acogen una mayoría de musulmanes suníes, lo que puede dar a este equipo una influencia especial para resolver la crisis, después de que la junta rechazara el lunes recibir a una delegación tripartita de representantes de la Cedeao, la Unión Africana (UA) y la ONU.
La Cedeao ordenó en una segunda cumbre extraordinaria de sus líderes el pasado 10 de agosto “activar” la “fuerza de reserva” del bloque para una posible intervención militar destinada a “restablecer el orden constitucional”, si bien aseguró seguir apostando por el diálogo.
Sin embargo, los golpistas hicieron caso omiso por el momento a las amenazas y, además de nombrar a un nuevo primer ministro, formar un Gobierno transitorio, reforzar su dispositivo militar y cerrar el espacio aéreo, advirtieron de que el uso de la fuerza tendrá una respuesta “instantánea” y “enérgica”.
El golpe de Estado en Níger estuvo encabezado el pasado 26 de julio por el autodenominado Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Nación (CNSP), que anunció la destitución del presidente y la suspensión de la Constitución.
Níger se convirtió así en el cuarto país del oeste de África liderado por una junta militar, después de Mali, Guinea-Conakri y Burkina Faso, donde también se perpetraron golpes de Estado entre 2020 y 2022.