Sigue subiendo la cantidad de muertos por la secta que ayunaba para ver a Jesús en Kenia. La búsqueda de nuevas víctimas continúa.
El número de presuntos miembros de una secta cristiana del sur de Kenia que fueron persuadidos para ayunar hasta morir y así encontrarse con Jesucristo ascendió de 372 a 384, después de que las autoridades encontrasen este jueves nuevos cadáveres enterrados en un bosque, informó la Policía.
Según confirmó a última hora de ayer a los medios locales la comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, los rescatados con vida se mantienen en 95, mientras 613 personas han sido reportadas como desaparecidas hasta el momento.
Asimismo, se han recogido 253 muestras de ADN de posibles familiares para averiguar la identidad de los muertos.
Las autoridades kenianas iniciaron este lunes la cuarta fase de exhumaciones al informar de que al menos cuarenta tumbas y fosas comunes más pendientes de abrir fueron halladas en el bosque de Shakahola, en el condado costero de Kilifi.
Casi todos los cadáveres de la llamada “masacre de Shakahola” han sido exhumados en ese bosque, de más de 320 hectáreas, mientras sólo unos pocos murieron en el hospital después de ser rescatados por la gravedad de su estado.
El pasado 27 de junio, el patólogo jefe del Gobierno, Johansen Oduor, indicó que, de los 338 cuerpos examinados hasta esa fecha, 117 eran de menores y 201 de adultos, mientras que 20 se encontraban en un estado de descomposición demasiado avanzado para determinar la edad.
Las autopsias también evidenciaron que, si bien todos los cuerpos mostraban signos de inanición, algunos de ellos, sobre todo de menores, tenían también rastros de estrangulamiento y asfixia.
En este sentido, las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno, aunque quisieran abandonarlo.
Al menos 37 sospechosos han sido detenidos hasta el momento por estos hechos, que han conmocionado al país, incluyendo al presunto líder de la secta, el pastor Paul Mackenzie.
El ministro del Interior de Kenia, Kithure Kindiki, culpó a las fuerzas de seguridad y la justicia kenianas de negligencia al declarar esta semana ante una comisión creada en el Senado keniano para investigar los hechos.
Según Kindiki, no tomaron las medidas adecuadas frente a las denuncias presentadas en el pasado contra Mackenzie, que ya fue detenido el pasado marzo tras ser acusado de la muerte de dos niños en circunstancias similares, si bien se le concedió la libertad condicional.
Extaxista y bajo custodia policial desde el pasado 14 de abril, el pastor lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas).