Durante este lunes 22 de mayo se dio inicio a una tregua de 7 días en Sudán, en medio de enfrentamientos entre el Ejército del país africano y tropas paramilitares.
Las partes mediadoras, Arabia Saudí y Estados Unidos, comentaron que durante el alto al fuego se contaría con “un mecanismo de vigilancia”, con representantes de Riad y Washington.
Lamentablemente, los combates seguían causando estragos durante este martes, donde varios habitantes de Jartún, la capital de Sudán, ya informaron que los enfrentamientos y bombardeos aéreos no cesan.
Desde el 15 de abril, la guerra entre el Ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo, ha dejado un millar de muertos en este país, uno de los más empobrecidos del mundo, y más de un millón de desplazados y refugiados.
Ambos bandos se habían mostrado dispuestos a respetar el alto el fuego, pero el lunes la ONU denunció “combates y movimientos de tropas, pese a que los dos bandos se comprometieron a no intentar sacar ventaja militar antes de que la tregua entrase en vigor”.