Tres miembros de la misión de paz de la ONU y al menos doce manifestantes fueron asesinados este martes en la República Democrática del Congo, en el segundo día de protestas contra la organización internacional, a la que acusan de ser ineficaz en la lucha contra los grupos armados.
Los disturbios se dieron en varios lugares del país. En la localidad de Butembo, al este, se registraron “tres muertos entre los integrantes de la Monusco (misión de la ONU)” y “siete muertos y varios heridos” del lado de los manifestantes, declaró a la Agence France-Presse el coronel Paul Ngoma, jefe de la policía local.
Horas antes, el vocero del gobierno congoleño, Patrick Muyaya, había informado de “al menos cinco muertos” entre los protestantes en Goma, la capital de la región de Kivu. Aquí, cientos de manifestantes invadieron los alrededores del recinto de la Monusco a primeras horas de la mañana y atacaron el campamento de tránsito de la misión del organismo internacional, ubicado en las afueras del centro de la ciudad.
“No queremos más a la Monusco” o “bye bye Monusco”, rezaban los carteles que sostenían los congregados para protestar contra la misión de la ONU en la República Democrática del Congo. Las fuerzas de seguridad congoleñas intentaron contener a la multitud cerca de la base logística.
En Beni, una ciudad a 350 kilómetros al norte de Goma en Kivu del Norte, los manifestantes anti-Monusco bloquearon la actividad comercial. En otros lugares que no fuero precisados, los atacantes llegaron a quemar algunas de las instalaciones de la organización internacional, que requirieron apoyo del ejército regular de la RDC.
Los manifestantes culpan sobre todo a la Monusco por su incapacidad para frenar la violencia y los ataques del centenar de grupos armados activos en el este del país africano.
Presente en la RDC desde 1999, la Monuc (Misión de la ONU en el Congo), que se convirtió en Monusco (Misión de la ONU para la Estabilización en la RDC) en 2010, cuenta en la actualidad con más de 14.000 cascos azules y un presupuesto anual de unos 987 millones de dólares.
En la República Democrática del Congo se organizan periódicamente manifestaciones para exigir la salida de los cascos azules.