De los siete millones de habitantes de Tigray, grupo que incluye a los rebeldes, solo 5% son musulmanes, lo que no les impide interpelar regularmente a los cerca de 2.000 millones de fieles del islam en el mundo.
“En el pasado, necesitasteis al Tigré (…) Ahora, es el Tigray el que os necesita”, proclama uno de ellos en un video en YouTube. El Tigray es una de las primeras regiones de África donde se implantó el islam, y los insurgentes lo subrayan así.
Hace 1.400 años, en los primeros años del islam, para evitar las persecuciones, varios compañeros del profeta Mahoma se refugiaron bajo la protección de Negus, el rey -cristiano- de Etiopía en aquel entonces.
En el mundo árabe, donde el islam se enseña en la escuela, este episodio, así como el nombre del reino antiguo del Tigray – Aksum-, se inscribe en el imaginario colectivo.
Y miles de habitantes de Tigray, que aprendieron a leer el Corán en árabe, están utilizando sus conocimientos para llegar a los 300 millones de usuarios de internet que hay en el mundo árabe.
Durante mucho tiempo, las publicaciones en árabe en las redes sociales sobre Etiopía sólo fueron obra de sudaneses y egipcios preocupados por el proyecto de megarepresa en el Nilo y por la posible escasez de agua.
Pero desde que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envió el ejército federal a Tigré en noviembre de 2020, la aparición de la palabra “Etiopía” en árabe se multiplica.
Rebeldes de Tigray
Setenta millones de menciones “me gusta”, clics, publicaciones y comentarios fueron censados por la herramienta de medición de audiencia en las redes sociales Crowdtangle.
“¡Cuántas veces una pequeña tropa derrotó, con la ayuda de Alá, a una gran tropa!”, proclama una publicación con el versículo coránico que narra la épica batalla de David contra Goliat.
Una metáfora que los rebeldes del Tigray han estado utilizando desde que Adís Abeba intentó detener a los dirigentes del partido local en el poder.
Si bien las referencias son coránicas, “el conflicto en Etiopía no es religioso sino étnico”, explica en árabe un militante, que se presenta bajo el nombre falso de Mustafa Habachi.
“Nuestro dominio del árabe y nuestra cultura islámica nos ayudan a dirigirnos a los mundos árabe y musulmán para dar a conocer nuestra causa”, detalla. “Los árabes se interesan cada vez más por lo que ocurre en Etiopía, pero no tenemos ningún medio de comunicación tigreño en árabe”, lamenta.
Para remediarlo, este treintañero montó, junto a otros militantes, páginas y cuentas en las redes sociales. En ellas se difunden imágenes y videos comentados en árabe para dar cuenta de los enfrentamientos.
Otro ejemplo es la cuenta en Twitter, con 40.000 seguidores pocos meses después de su creación, titulada “Tigray en árabe” y presentada por “tigreños musulmanes exiliados”.
Y el mensaje parece ser bien recibido, como lo atestigua el comentario de un internauta árabe, Ahmed Moheb, en un video en el canal pro-TPLF “Weyani Digital Media”.
“Gracias por esta información en árabe que nos ayuda a entender lo que está sucediendo en Etiopía y en particular en Tigray”, escribe en árabe.