La comisión del Parlamento de Libia encargada de supervisar las primeras elecciones presidenciales del país, previstas para el viernes, ha llegado a la conclusión de que será imposible celebrar la votación a tiempo. “Tras consultar los informes técnicos, judiciales y de seguridad, le informamos de la imposibilidad de celebrar las elecciones en la fecha prevista por la ley electoral”, señaló el presidente de la comisión al jefe del Parlamento.
Así, propuso postergar dichos comicios un mes, para finales de enero.
La votación debía marcar un nuevo comienzo para una Libia que está devastada por la guerra, un año después de un histórico alto al fuego y más de una década después de la revuelta de 2011 que derrocó y mató al dictador Muamar Gadafi.
Hace semanas se especulaba con que los comicios no se celebrarían a tiempo, dadas las agrias disputas sobre su base legal, los poderes de cualquier presidente resultante y las candidaturas de varias figuras profundamente divididas. Además, la Alta Comisión Electoral Nacional (HNEC) no había publicado una lista definitiva de candidatos y los analistas habían sugerido que ninguna de las partes quería asumir la responsabilidad de la cancelación de las elecciones.
La votación, que debía ir acompañada de elecciones parlamentarias, formaba parte de un proceso de paz liderado por Naciones Unidas y ensombrecido por las acusaciones de corrupción y la dimisión del enviado especial Jan Kubis pocas semanas antes de las elecciones.
Los comicios también se vieron envueltos en divisiones rencorosas sobre la conveniencia de permitir la presentación de figuras controvertidas. Seif al-Islam Gadafi, hijo de Muamar, y el jefe militar del este, Khalifa Haftar, se presentaron como candidatos a pesar de las acusaciones de crímenes de guerra. Lo propio ocurre con la candidatura del primer ministro interino, Abdulhamid Dbeibah, que suscitó controversia, ya que se había comprometido a no presentarse como parte de su oferta original de liderazgo.
Por ahora, los analistas políticos de ese país han advertido que es fácil que vuelva a estallar la violencia en torno a las elecciones.