Libia celebrará la próxima semana sus primeras elecciones presidenciales, pero la ausencia de una lista definitiva de candidatos y las marcadas divisiones políticas ponen en duda su realización.

La votación presidencial prevista para el 24 de diciembre en Libia debe marcar una transición a la paz, pero muchos temen que más bien cause el reinicio de la guerra civil.

“La elección podría traer más daño que beneficio a Libia, dadas las profundas brechas sociales y políticas”, comentó Jamal Benomar, un ex subsecretario general de la ONU.

“No están dadas las condiciones necesarias para tener elecciones libres y equitativas, y los libios están muy divididos para aceptar los resultados”, advirtió.

La elección, parte de un proceso de paz a cargo de la ONU, se da después de un año de relativa calma después de la tregua histórica de octubre de 2020 entre los bandos occidental y oriental.

Un gobierno transicional asumió el mando en marzo para conducir al país norafricano a las elecciones.

Miembros del autoproclamado Ejército Nacional Libio
Contexto | Abdullah Doma | RFI

Pero a pesar de las esperanzas de lograr la paz, la ONU luchó por superar las profundas divisiones que quedaron tras una década de intervención extranjera.

Esto, desde que un alzamiento de 2011 respaldado por la OTAN depuso y mató al entonces dictador Muamar Gadafi.

Benomar, presidente del Centro Internacional para Iniciativas de Diálogo, sostuvo que las instituciones estatales fragmentadas y la falta de unas fuerzas de seguridad “unificadas o legítimas” desestabilizan al país.

Con varios grupos armados en el terreno, pocos creen que los votantes podrán sufragar libremente.

Candidatos polarizantes

Se han recogido unas 2,5 millones de tarjetas de registro de votantes, pero fuera de algunos afiches que llaman a los libios a registrarse, hay pocas señales en la capital Trípoli de que se acerca una votación.

La campaña ni siquiera comienza oficialmente porque la autoridad electoral no ha publicado una lista definitiva de candidatos, aunque algunos aspirantes se promueven en redes sociales.

Las elecciones se celebran tras meses de ásperas disputas sobre las bases legales de los comicios y sobre quién puede postularse, con varias figuras polarizantes en la contienda.

Entre los nombres más polémicos está Jalifa Haftar, un jefe militar que controla gran parte del este y sur de Libia.

Es odiado en el oeste del país desde su fallido intento de tomar Trípoli, entre 2019 y 2020.

Pero algunos consideran que la candidatura de su rival Seif al Islam Gadafi también es conflictiva.

Anas El Gomati, director del centro de estudios libio Instituto Sadeq, consideró que las “elecciones bajo estas condiciones legales y políticas casi con certeza van a desestabilizar a Libia”.

Incluso el primer ministro interino Abdulhamid Dbeibah, un magnate que dirige el gobierno de transición, enfrenta reclamos de que su candidatura es ilegítima.

“Cualquiera sea el que gane, existe el riesgo de que los perdedores debiliten a los ganadores y digan que la elección no tiene validez constitucional”, señaló Peter Millet, un exembajador británico en Libia.

Choque de trenes en Libia

Por si fuera poco, el enviado de la ONU a Libia, Jan Kubis, dejó su cargo un mes antes de la votación.

Un diplomático en Nueva York quien pidió no ser identificado dijo que la insistencia de Kubis en celebrar la elección el 24 de diciembre causó un “quebranto” en su relación con el secretario general, Antonio Guterres, quien puso en duda que las condiciones fueran idóneas.

Para evitar el vacío, Guterres designó a la diplomática estadounidense Stephanie Williams, quien fue directora interina de la misión de la ONU en Libia.

Libia | Aude Genet | RFI

En tanto, las elecciones legislativas fueron aplazadas a enero, aunque inicialmente estaba previsto celebrarlas junto a las presidenciales.

Pese al riesgo que conllevan las elecciones, expertos advierten que aplazarlas también implica peligros.

Si Dbeibah permanece en su cargo sin una votación, sus rivales del este podrían nuevamente conformar su propio gobierno para competir con el suyo, según analistas.

Millet vislumbra que “Libia va rumbo a un choque de trenes el 25 de diciembre, con o sin elecciones”.