El Gobierno etíope hizo un llamamiento este jueves a los ciudadanos del país para unirse en la guerra contra las fuerzas de la región norteña de Tigré.
Esta mantiene una ofensiva armada desde principios de noviembre, menos de dos meses después de declarar un alto el fuego unilateral.
“Ahora es el momento adecuado para todos los etíopes capaces que están en edad, de unirse a las Fuerzas de Defensa y a las milicias. Deben mostrar vuestro patriotismo”, rezó un comunicado del primer ministro, Abiy Ahmed.
El comunicado del Ejecutivo etíope no especifica de qué manera o cuándo se llevará a cabo el reclutamiento de la población.
La guerra entre el Gobierno central y esta región norteña comenzó el 4 de noviembre de 2020. Esto, cuando el Ejecutivo del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, lanzó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación Tigré.
Esto, tras una escalada de las tensiones políticas durante los meses precedentes y en represalia por un ataque contra una base militar federal.
Aunque el Ejército se retiró tras el alto el fuego de finales de junio de varias ciudades, las fuerzas de la región vecina de Amhara, que habían anexionado de facto durante el conflicto el oeste de Tigré, permanecieron sin moverse.
Durante las últimas semanas, las unidades tigriñas han incrementado sus acciones militares para recuperar estos territorios. Ganaron terreno en el oeste y el sur de la región y volviendo a elevar los niveles de tensión del conflicto.
La guerra se ha expandido también a las regiones de Afar y Amhara, que bordean Tigré. El Gobierno federal viene diciendo durante las últimas semanas que prepara una nueva gran ofensiva sobre las FDT para reforzar la posición amhara.
Guerra y consecuencias
Según estimaciones de las autoridades locales y de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, unas 100.000 personas en Amhara y 70.000 en Afar se han visto desplazadas forzosamente.
Por otro lado, las fuerzas tigriñas tomaron control la semana pasada de la Lalibela, ciudad situada en Amhara que alberga las famosas iglesias talladas en la roca declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, según confirmaron a Efe residentes de la localidad.
En su comunicado, el Ejecutivo etíope mantiene las acusaciones de bloqueo humanitario contra el FPLT.
Sostiene que “se ha hecho evidente que los agricultores tigriñas no podrán cultivar de manera segura a menos que el pueblo de Tigré sea separado para siempre de este grupo terrorista”, sin especificar si planea una reactivación de la ofensiva por su parte.
Desde el inicio de la guerra, miles de personas han muerto, cerca de 2 millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.