El primer ministro de Túnez, Hichem Mechichi, declaró este lunes aceptar su destitución, decretada este domingo por el presidente de la República.

Aseguró estar preparado para el traspaso “pacífico” de poderes con el fin de evitar convertirse en un elemento “perturbador”.

“Me comprometo a garantizar el traspaso pacífico de poderes a la persona que será designada por el presidente, respetando las tradiciones de la vida política en Túnez. Le deseo éxito al nuevo equipo de Gobierno”, afirmó el exdirigente en una carta compartida en las redes sociales.

El mandatario Kais Said anunció ayer el cese del jefe de Gobierno y la suspensión de la Asamblea durante 30 días.

Además se infirmó sobre la retirada con efecto inmediato de la inmunidad parlamentaria de todos los diputados.

Esto, “para recuperar la paz social y salvar al Estado”, decisión que la mayoría de fuerzas políticas calificaron de “golpe de Estado”.

Said aseguró hacer uso del artículo 80 de la Constitución que le otorga el poder de tomar medidas “excepcionales” ante un “peligro inminente”. Esto, tras consultar con el jefe de Gobierno y el presidente del Parlamento.

Según la Constitución, el objetivo de este texto es garantizar un funcionamiento regular del poder público “lo antes posible”.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional -pendiente de creación desde 2015- debe supervisar dicho proceso y decidir sobre su extensión.

Justo un año antes, el 25 de julio de 2020, el presidente encargó a Mechichi, ministro del Interior desde hacía cinco meses y anteriormente su consejero en asuntos jurídicos, formar un gobierno tecnócrata, lo que supuso el inicio de las tensiones entre los dos responsables.