Al menos 98 personas murieron este domingo y 615 resultaron heridas por la cadena de explosiones que arrasó un cuartel militar de Bata, la ciudad más poblada y capital económica de Guinea Ecuatorial, informó hoy el Gobierno.
En una declaración leída ante los medios, el vicepresidente y encargado de la Defensa Nacional y Seguridad del Estado, Teodoro Nguema Obiang Mangue, precisó que, de los 615 heridos, 316 han sido dados de alta.
Los restantes 299 siguen ingresados en el Hospital Regional de Bata, el Centro Médico La Paz y el Policlínico Guinea Salud, agregó el vicepresidente.
Esos datos suponen un gran aumento respecto a los últimos que había publicado el Ministerio de Sanidad, que se situaban esta tarde en 31 fallecidos y más de 500 heridos.
Anteriormente, el viceministro de Sanidad, Dámaso Mitoha Ondo’o, declaró desde Bata que el personal médico afronta la “abrumadora” tarea de socorrer a los heridos.
La cifra de heridos “está reduciéndose porque se está dando de alta a gente en función de los diferentes niveles de atención que se requiera”, explicó Mitoha, al precisar que Sanidad sólo reporta víctimas asistidas en sus centros.
“Ahora que se han iniciado los trabajos en el punto cero, eso ya le toca a Protección Civil y los efectivos de Seguridad”, afirmó el viceministro sobre los “datos de cuerpos que se están recuperando”.
Las labores de rescate de posibles supervivientes se reanudaron esta mañana entre los escombros del cuartel de intervención rápida del Ejercito, en el barrio de Nkoantoma, que contaba con una armería y quedó prácticamente reducido a ruinas, según las imágenes que hoy emitió la televisión estatal TVGE.
Efectivos de las fuerzas de seguridad y del servicio de bomberos pudieron verse entrando en edificios devastados por la cadena de explosiones para rescatar los cadáveres sepultados bajo los cascotes, entre ellos niños, así como bolsas con cuerpos de víctimas en un lugar que parece sacado de una guerra y donde se ha impuesto un perímetro de seguridad que restringe el paso a la población.
“Hay demasiados muertos”
No obstante, fuentes locales que tuvieron acceso a la zona aseguraron, bajo condición de anonimato, que “la situación está en calma ahora, sólo que hay demasiados muertos”.
“Estábamos recuperando cuerpos. Gente aplastada. Gente calcinada. Se están recuperando muchos cuerpos. Por la mañana, habíamos recuperado cuarenta, de las diez al mediodía. Hay más cuerpos, eso sí, porque creo que ya han llegado a cien hoy”, dijo esa fuente.
Una ciudadana española residente en Bata, urbe más poblada del país con más de 300 mil habitantes, declaró que hoy “la cosa está un poco más tranquila” en la ciudad tras el caos del domingo.
“Hoy hablaba con un empleado que vive en la zona y que su casa está dañada y me decía que seguramente bajo los escombros aparecerán muchas más personas. Más allá de los heridos que hayan podido llegar hasta el hospital y los muertos que hayan encontrado, hay casas que se han venido completamente abajo”, explicó la residente española.
El siniestro ocurrió por “la negligencia y descuido de la unidad encargada del cuidado y protección de los depósitos de dinamitas y explosivos anexos al de las municiones del cuartel militar”, según anunció anoche el presidente ecuatoguineano, Teodoro Obiang.
Sin tener todavía una cifra total de víctimas, se trata de la peor tragedia de este tipo en la historia de este país centroafricano de poco más de 1,2 millones de habitantes, situado en el golfo de Guinea y que es una antigua colonia española.
Las muestras de solidaridad nacionales e internacionales se sucedieron este lunes con Guinea Ecuatorial.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, trasmitió hoy a su homomólogo ecuatoguineano, Simeón Oyono Esono Angue, su “pesar por las víctimas y afectados” por las “devastadoras explosiones en Bata de ayer”
A través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, la ministra adelantó que España “va a proceder al envío inmediato de un cargamento de ayuda humanitaria”.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también envió sus “más sinceras condolencias a las familias que se han visto afectadas por el lamentable suceso ocurrido en la ciudad de Bata, incluidos los niños que resultaron heridos o huérfanos”.
Igualmente, el líder del partido opositor Ciudadanos por la Innovación (CI), Gabriel Nsé Obiang, manifestó su “aflicción, dolor y consternación” por la tragedia y mandó su “apoyo moral” a las “familias afligidas”.
En declaraciones, Nsé Obiang indicó que la desgracia se podía haber evitado, advirtió de que “otros (accidentes similares) igual pueden tener lugar por la misma negligencia” y dudó de que se vayan a depurar responsabilidades porque el Gobierno es “tiránico y opaco” y “todo se va a tratar de esconder”.
Desde su independencia de España en 1968, Guinea Ecuatorial, uno de los principales productores de petróleo de África, está considerada por grupos pro derechos humanos uno de los países más represivos del mundo, debido a las acusaciones de detenciones y torturas de disidentes y a las denuncias de fraudes electorales.
El jefe del Estado, Teodoro Obiang, de 78 años, dirige el país con mano de hierro desde 1979, cuando derrocó a su tío Francisco Macías en un golpe de Estado, y es el presidente que más tiempo lleva en el poder en el mundo.