La ONU advirtió este martes de una “crisis humanitaria a gran escala” en la frontera entre Sudán y Etiopía, país del que miles de personas huyen a diario a raíz de la operación militar en desarrollo en la región de Tigré.
Según un vocero de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), unas 4.000 personas cruzan a diario la frontera con Sudán desde el 10 de noviembre, para un total de 27.000 refugiados al día de hoy.
“Se trata de un flujo como no habíamos visto en las últimas dos décadas en esta parte del país”, señaló Babar Baloch, portavoz de la ACNUR en Ginebra. Esta enorme cantidad de gente “está superando muy rápidamente la capacidad de las organizaciones humanitarias que están sobre el terreno”, añadió.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció este martes que el operativo militar en curso en Tigré (norte) muy pronto entrará en su etapa “final”. El 4 de noviembre desplegó al ejército federal para asaltar esta región disidente de Etiopía, tras meses de tensiones con las autoridades regionales del Frente de Liberación Popular de Tigré (TPLF).
Desde hace casi dos semanas el gobierno realiza ataques aéreos, el último de los cuales fue el lunes contra la capital regional, Mekele.
El portavoz de ACNUR además subrayó que “la falta de electricidad, telecomunicaciones y acceso al combustible y dinero en efectivo limitan toda respuesta de ayuda humanitaria en Tigré, y en el resto de Etiopía”.
Dijo también que las agencias de ayuda humanitaria no saben cuántas personas se encuentran desplazadas internamente, en la propia Etiopía, pero citó informes de acuerdo a los cuales hay “un gran número”.
Baloch señaló que ACNUR y sus socios “están prontos para brindar asistencia a las personas desplazadas en Tigré, lo que incluye sobre todo productos de primera necesidad, cuando los accesos (a la región) y la seguridad lo permitan”.
En este sentido, pidió que todos los obstáculos para llegar a las personas desplazadas sean eliminados.
La ACNUR recuerda además que este conflicto también afecta a casi 100.000 refugiados eritreos asentados en Tigré y que dependen de la ayuda humanitaria para subsistir.
“Nuevos movimientos de refugiados dentro del país son cada vez más probables”, apostilló Baloch.