Militares malienses tomaron el martes el control de una ciudad cuartel cerca de Bamako, causando preocupación de Estados Unidos y vecinos de Mali por un posible derrocamiento del presidente Ibrahim Bubacar Keita, enfrentado desde hace dos meses a protestas sin precedente desde el golpe de Estado de 2012.
La Comunidad de Estados de Africa occidental(Cedeao), mediadora en Malí, expresó en comunicado seguir “con gran preocupación” la situación, “con un amotinamiento surgido en un contexto sociopolítico ya muy complejo”.
La organización regional pide a “los militares regresar a sus cuarteles” y “subraya la firme oposición a cualquier cambio político anticonstitucional”, invitando a los “militares a continuar en una postura republicana”.
La Cedeao “condena vigorosamente la tentativa en curso y tomará todas las medidas y acciones necesarias para la restauración del orden constitucional”, indica también el comunicado.
Estados Unidos subrayó a través del emisario para Sahel, Peter Pham, que “se opone” a cualquier cambio de gobierno por fuera del marco legal, “sea por quienes están en la calle como por las fuerzas de defensa y seguridad”.
La situación seguía confusa en la tarde en la capital del país y sus suburbios.
“Militares furiosos tomaron las armas en el campamento de Kati y dispararon al aire. Eran muchos y estaban muy nerviosos”, explicó a la Agence France-Presse un médico del hospital de la ciudad.
Las razones de su actuación no estaban aun claras. Un militar de los que tomaron el control del campamento afirmó a la AFP que en sus manos hay “varios militares de alto rango, detenidos por los rebeldes”.
Varias cancillerías occidentales registraron la detención de personalidades políticas, entre ellos ministros, pero esas informaciones no pudieron ser confirmadas de fuente oficial.