El día de ayer, estalló una bomba en Manchester United, tras los fuertes descargos de la estrella mundial, Cristiano Ronaldo, quien confesó (entre otras cosas) que ha sido “traicionado” por la dirigencia de los ‘Diablos Rojos’.
Luego de que se conociera un avance de la entrevista que el periodista británico, Piers Morgan, le realizó al crack portugués, en donde señaló no sentir respeto por su actual técnico, Erik Ten Hag, ninguneó a Ralf Rangnick y las emprendió contra su excompañero en el United, Wayne Rooney, el histórico club de Inglaterra lanzó un comunicado en donde responde a lo sucedido.
En lo redactado por el conjunto de Old Trafford, se expresa que “se tomará nota de la cobertura mediática y considerará su respuesta una vez que se hayan establecido todos los hechos”.
“La institución quiere mantener el enfoque en la segunda mitad de la temporada y en el impulso, la creencia y la unión que se está construyendo entre los jugadores, el entrenador, el cuerpo técnico y los hinchas”, reza el escrito.
Sin embargo, según informaciones de MetroUK, la primera acción para la confesión de CR7, de parte del la institución, será una multa que rondará el millón de libras esterlinas (mil millones de pesos chilenos).
Sin dudas, una relación entre el jugador y el club que se encuentra rota, tras las constantes polémicas durante la temporada, que podrían finalizar con el ex Real Madrid, saliendo de Manchester United al finalizar la campaña.
Un equipo lo recibe con los brazos abiertos
El entrenador del Sporting de Portugal, Rubén Amorin, comentó la posibilidad de que Cristiano Ronaldo regrese al equipo en el que se formó y aseguró que “todos en el club lo quieren”.
“Me han hecho esa pregunta mil veces. Ronaldo es jugador del Manchester United. Todo el mundo en el Sporting le queremos”, señaló en una conferencia de prensa.
Sin embargo, detalló que el astro luso es quien “dice que quiere hacer las cosas con tranquilidad para seguir su futuro. Él es quien decidirá”.
Con esto se abre una puerta de salida a su lamentable presente en Manchester, donde no se ve un buen panorama para el portugués de 37 años, 5 veces elegido como mejor jugador del mundo.