El arquero chileno Gabriel Arias está en el ojo del huracán en Argentina tras realizar gesto a hinchada rival para celebrar triunfo de Racing: tuvo que ir a declarar a una comisaría.
Un minuto de furia protagonizó el arquero chileno Gabriel Arias durante su último partido en la Liga de Argentina.
El tema, que defiende los colores de Racing de Avellaneda, perdió su tranquilidad habitual para celebrar con gestos obscenos la sufrida victoria ante Platense como visitante.
Según reportó Diario Olé, Arias fue insultado desde incluso antes del inicio del partido al ritmo de “chileno hijo de puta”. Las groserías y comentarios desubicados se mantuvieron a lo largo de todo el partido, lo que incluyó -dijo Arias- nombres y datos de su familiares. Esto terminó haciendo explotar al golero como lo evidenciaron las cámaras.
Arias primero realizó gestos a la galería local y luego, cuando iba abandonando la cancha, también al palco.
En medio, los jugadores del ‘Calamar’ llegaron a intentar agredir al chileno, sin embargo, otros jugadores de la ‘Academia’ y hasta el propio cuerpo técnico ‘albiceleste’ lo impidieron.
Gabriel Arias: de explicaciones a disculpas
Tras el partido Arias fue llevado a una comisaría cercana al estadio a prestar declaración por una denominada “falta contravencional”, al realizar gestos que pudieron incitar a la violencia.
Después, el golero rompió el silencio: “Es muy difícil creer en esta sociedad que se tomen el trabajo de buscar los nombres de los familiares de un jugador y te insulten casi 100 minutos”.
“Se pasan los límites, no me lo banqué, exploté contra esas cuatro personas. No es nada contra la gente de Platense, les pido disculpas. Es para esas personas que insultaron constantemente a mi familia”, agregó.
“Estamos en una sociedad que busca lastimar, cosas que no están bien. Disculpas a mis compañeros y la gente de Platense. No fue correcto. Me hago cargo”, complementó.
Finalmente, Arias, que fue citado a la gira de La Roja, pidió comprensión a sus colegas: “Los jugadores que se agarraron conmigo no saben lo que me tocó pasar. Llega un momento que no lo aguanté. Fueron cosas muy hirientes, me quisieron lastimar y no está bueno”.