El próximo 24 de septiembre, la Selección Rusa de Fútbol volverá a las canchas con un partido amistoso ante Kirguistán, siete meses después de ser suspendida por la FIFA y la UEFA tras la campaña militar del país europeo en Ucrania.
El encuentro de carácter preparatorio se disputará en la capital kirguís, Biskek, para luego en noviembre, enfrentar a Irán, aún con fecha desconocida.
Pese a levantarle el veto y permitirle disputar estos cotejos amistosos internacionales oficiales, FIFA aún mantiene la sanción que le impide a Rusia disputar el Mundial de Catar 2022 y la Liga de Naciones, por lo que la Unión de Fútbol de los eslavos ha dedicado los últimos meses a buscar selecciones a las que enfrentarse.
La escuadra rusa no ha disputado un partido oficial desde que cayera por la mínima ante Croacia, derrota que le condenó a la repesca mundialista. No obstante, el inicio de la “operación militar especial” le impidió enfrentarse en Moscú a Polonia, que jugará la Copa del Mundo después de derrotar a Suecia.
El seleccionador ruso, Valeri Karpin, convocó en la lista preliminar a 35 jugadores, entre los que destaca Zajarián, pretendido por el Chelsea y otros grandes europeos, y Mostovói, el extremo del líder de la liga rusa, el Zenit San Petersburgo.
Cabe consignar que, ante la falta de partidos, Karpin decidió compaginar el cargo de seleccionador con el de entrenador del Rostov, club de la división de honor rusa.