La candidatura sudamericana para el Mundial de Fútbol 2030, relanzada el jueves en Paraguay y que tiene a Chile entre los organizadores, encontró una fuerte competencia.
España y Portugal se unieron con la idea de acoger en ocho años más la máxima cita del balompié, con la presentación de un documento en el que acuerdan disponer de 14 sedes, 11 en territorio español y tres en ciudades lusas.
A la hora de conocer los requisitos en cuanto a la infraestructura, la candidatura ibérica espera disponer un estadio de un mínimo de 40.000 espectadores para los partidos de la fase de grupos, un recinto de un mínimo de 60.000 espectadores para los partidos de semifinales y un reducto de un mínimo de 80.000 espectadores para partidos inaugural y la final.
Por otro lado, la candidatura requiere un mínimo de 72 subsedes, que se convertirán en los lugares de concentración de las selecciones clasificadas para esa cita mundialista y donde estarán además los campos de entrenamiento.
Dentro del proyecto de la candidatura ibérica, está previsto que 54 del total estén en territorio español y sólo 18 en Portugal.
Apuntar que la candidatura británica, la otra europea que podía hacer sombra a la de España y Portugal, se retiró de la carrera para optar a la Eurocopa de 2028. De este modo, la UEFA ya ha declarado su apoyo total a la Ibérica.
De esta forma, aparece un potente rival para la candidatura que integran Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. En 2030 se cumple el centenario del Mundial de Uruguay, el primero de la historia, y por eso la Conmebol cree que es justo llevar el torneo a Sudamérica.
El vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez, apuntó que las candidatas sudamericanas no cuentan con recursos económicos para competir “con las grandes potencias mundiales”, y que planifican un Mundial de manera austera: “Vamos a recurrir a la historia del fútbol mundial que la primera Copa del Mundo fue en Sudamérica”, dijo.