Gianni Di Marzio, el técnico y cazatalentos que puso las bases en 1978 para el fichaje del argentino Diego Armando Maradona por el Napoli, que se concretaría seis años después, falleció este sábado a los 82 años.
Uno de los más grandes expertos de fútbol de Italia, de mentalidad internacional y ojeador visionario, Di Marzio fue entrenador de Catanzaro, Catania y Napoli, además de trabajar en captación de talentos en el cuadro napolitano y el Juventus.
“El presidente Aurelio De Laurentiis y todo el SSC Napoli se unen en el dolor de la familia Di Marzio por el fallecimiento del querido Gianni, histórico e inolvidable entrenador del equipo ‘azzurro"”, fue el mensaje con el que el cuadro napolitano confirmó la muerte del cazatalentos.
Tenía un fortísimo vínculo de amistad recíproco con Maradona, quien reconoció repetidamente en sus entrevistas cómo, gracias al trabajo de Di Marzio, terminó fichando por el Napoli.
Todo se originó en 1978, poco antes del Mundial de Argentina, cuando Di Marzio, de visita en Sudamérica para cazar talentos, oyó hablar a un taxista de un joven talento de Argentinos Juniors que César Luis Menotti había decidido no convocar para la Copa del Mundo.
“Fuimos al campo, estaba curioso por verle. Yo estaba en la grada y tras quince minutos de partido llamé a Settimio Aloisio (máximo mandatario de Argentinos Juniors) para decirle que le sacaran del césped. Le prometí que si le sacaba, firmaríamos en el mismo vestuario un acuerdo con el Napoli. Jugó quince minutos, marcó tres goles, una falta directa, regates como sabía hacerlos él, algo espectacular”, contaba Di Marzio a EFE en una entrevista de 2020.
“Entendí que era una perla rara, una joya increíble que solo necesitaba ser forjada. También cuando regresé a Napoli le envié una camiseta número 10, además de otros regalos para él y su familia”, recordaba.
El fichaje no se pudo concretar en 1978 ante el rotundo “no” del entonces presidente del Napoli, Corrado Ferlaino, pero la relación entre Di Marzio y Maradona siguió muy fuerte y el ‘Pibe de Oro’ terminó fichando por el cuadro sureño en 1984, abriendo la página más gloriosa de la historia futbolística napolitana.
El fallecimiento de Diego fue duro para Di Marzio, que reconoció entonces a EFE que se sentía como “si hubiera perdido a un hijo”.
El fútbol italiano llora la muerte del cazatalentos napolitano, que dedicó su vida al fútbol y que deja un ejemplo de profesionalidad y simpatía que Italia no olvidará.