En el esperado estreno del tridente ofensivo formado por el argentino Lionel Messi, el brasileño Neymar y el francés Kylian Mbappé, el Paris Saint-Germain (PSG) sufrió para cosechar un empate en su visita a Brugge (1-1) ante un conjunto belga que anuló el talento del club francés con intensidad y osadía.
En el estreno de Messi en Champions League con el PSG, tras 120 goles en 149 partidos en la competición con el FC Barcelona, la inesperada estrella del partido fue el belga Hans Vanaken, autor del gol del empate para los suyos y líder del equipo ‘flamenco’ en el centro del campo.
Al PSG, con la plana mayor de su directiva en el palco, se le atragantó el “caramelo” belga, y su explosiva delantera apenas inquietó la meta local en un partido que los franceses afrontaban sin el centrocampista italiano Marco Verratti, con molestias en la rodilla izquierda, ni el defensa español Sergio Ramos, que se recupera de una lesión en el soleo del muslo izquierdo.
El Brugge, líder en solitario en la liga belga, se presentaba ante el todopoderoso Paris Saint-Germain como un equipo humilde sin nada que perder y mucho que ganar en el señalado duelo, según había dicho el técnico, Philippe Clement.
Y ante unos 28.000 aficionados congregados en el estadio Jan Breydel, los belgas sacaron petróleo del yacimiento de talento del flamante equipo qatarí de la liga francesa, eclipsando a sus estrellas.
El partido arrancó como podía esperarse, con ambiente festivo en unas gradas colmadas tras año y medio de restricciones por la pandemia, el Brugge volcado y el PSG aguantando el empuje de los locales, extramotivados ante su gran partido de gala y esperando su oportunidad, que acabaría llegando.
Lo hizo transcurrido un cuarto de hora de juego gracias a Ander Herrera, que recibió un centro raso de Mbappé en el punto de penalti y fusiló la red de Mignolet.
Y entonces el partido empezó a salirse del guión, porque los belgas no se arrugaron, siguieron merodeando el área francesa y encontraron su recompensa.
Su capitán, el internacional belga Hans Vanaken, clonó el gol que minutos antes había marcado el PSG, aunque esta vez por la izquierda, a pase de Eduard Sobol y acribillando la red de Keylor Navas, titular pese a que el club de París ha reclutado este verano al portero de la selección italiana, Gianluigi Donnarumma.
Corría el minuto 27 y el partido se incendió. El PSG metió una marcha más y asediaba al contraataque al Brujas, que aguantaba y replicaba.
Navas tuvo que bregarse a fondo, despejando primero un tiro de falta de Vanaken y luego en un disparo en una contra de De Ketelaere para evitar que el Brugge llegara con ventaja al descanso.
Messi, con la segunda equipación del PSG, blanca, y el número 30 en la espalda, apenas daba señales de vida, más allá de un elegante pase a Mbappé en el área que el francés envió a las gradas.
El Brugge se fue al vestuario entre ovaciones de su público. Y las cosas se le pusieron de cara en el segundo tiempo.
El esperado tridente Messi-Neymar-Mbappé se deshizo cuando el delantero francés, que había sido atendido por un tirón en una pierna al final de la primera parte, se rompió y pidió el cambio en el minuto 50, cediendo su puesto al argentino Mauro Icardi.
Antes de la retirada de Mpabbé, Pochettino había reemplazado al centrocampista holandés Giorginio Winjaldum por el alemán Julian Draxler y al argentino Leandro Paredes, con amarilla, por el portugués Danilo Pereira. Pero los cambios no funcionaron.
El Brugge de Philippe Clement, sin tocar su once, seguía teniendo menos posesión pero más peligro, mientras Messi y Neymar seguían sin aparecer. El dúo funcionó por primera vez en el minuto 70, cuando el argentino sirvió al brasileño que salvó Mignolet bajo palos.
Mientras el Brugge ya disfrutaba de su bien momento y Noa Lang lo intentaba con peligro de chilena, el argentino (que se llevó una amarilla en una falta sin inquina) buscaba área sin fortuna como el resto del PSG, que apretó pero no asfixió al Brujas en el tramo final y no logró llevarse más que un punto ante un pequeño club sin estrellas.