Iba a participar de un evento similar a los que ya había asistido muchas veces, estaba acompañado de su hermano al igual como lo hacía para este tipo de viajes pero, lo que Ronaldinho no sabía, era que su ida a Paraguay cambiaría para siempre su vida.
Fue el 4 de marzo de 2020 cuando ‘Dinho’ y su hermano Roberto de Assis Moreira arribaron al aeropuerto de Asunción. Todo era normal hasta que un funcionario se percató de que los pasaportes de los brasileños tenían un error: señalaban que su nacionalidad era paraguaya.
De ahí en más, todo fue en picada. La Policía allanó la suite donde se hospedaban los Assis Moreira y la Fiscalía decretó su prisión preventiva, considerando que eran un peligro para Paraguay debido al riesgo de fuga.
“Estamos ante un hecho punible grave porque atentó contra intereses de la República, contra el Estado paraguayo. Hay peligro de fuga y de obstrucción”, aseguró entonces la jueza Clara Ruiz Díaz.
Los brasileños fueron internados en la Agrupación Especializada, edificio policial que funciona como cárcel para detenidos especiales, donde ‘Dinho’ y su hermano permanecieron 32 días.
Ahí, los presos y sus custodios se peleaban por compartir con el retirado astro, lo invitaban a sus campeonatos de fútbol e, incluso, le celebraron su cumpleaños 40. La sonrisa, pese a las adversidades, se mantenía intacta.
La sonrisa se mantiene
Luego de un mes en la Agrupación Especializada, una fianza de 1,6 millones de dólares conseguida por los abogados de los brasileños, les permitió a los Assis Moreira continuar su prisión preventiva en un hotel.
Otros 140 días de reclusión vivió Ronaldinho para, finalmente, conseguir su libertad. Un nuevo pago, esta vez de 90.000 dólares en efectivo, le permitieron al referente del ‘Joga Bonito’ tener la posibilidad de volver a Brasil.
Vistiendo boina negra, camiseta del mismo color y jeans, ‘Dinho’ dio al sí a la Fiscalía para aceptar la fianza y acabar con su presidio en agosto.
“Fue un golpe duro, nunca imaginé que pasaría por una situación así”, reconocía Ronaldo de Assis antes de dejar Paraguay.
“Lo primero que haré será darle un beso grande a mi madre, que ha tenido unos días difíciles desde el inicio de la pandemia”, añadió ‘Dinho’, quien parecía recupera su icónica sonrisa.
La sonrisa se opaca
Sin embargo, cuando el brasileño recuperaba su vida normal ya de vuelta en suelo carioca, la pandemia de la covid-19 afectaba también a los Assis Moreira.
Los eventos con los que generaba ingresos comenzaron a cancelarse, los auspiciadores se restaron de su apoyo luego de su condena y las fianzas por sus problemas legales calaron hondo en ‘Dinho’.
Además, el primero en contagiarse por coronavirus fue el otrora jugador del Barcelona, quien en octubre de 2020 confirmó haber dado positivo. Los síntomas comenzaron a opacar su sonrisa.
“Tendremos que dejar los eventos para después. Pronto estaremos juntos”, comentaba Ronaldinho en un video, confirmando haberse contagiado de COVID-19 antes de asistir a Belo Horizonte. “Estoy bien”, agregaba el astro.
Sin embargo, el golpe más duro para ‘Dinho’ comenzó a gestarse en diciembre. Miguelina Elói Assis, su madre, se contagió de coronavirus y, las complicaciones derivadas, mantuvieron a ‘La Dona’ internada durante meses.
El 21 de febrero de este año, el teléfono de Gaúcho sonó y escuchó lo que jamás quiso oír: su progenitora falleció. La sonrisa de Ronaldinho, de un momento a otro, se apagó.
La sonrisa se desvanece
A un mes de la muerte de su madre, el estado de Ronaldo de Assis es estremecedor. Un cercano a su familia contó que, tras los funerales de ‘La Dona’, el exjugador se desmoronó.
“Ronaldinho comienza a beber por la mañana, vodka, whisky, gin, y solo deja de tomar a la mañana siguiente”, aseguró el amigo del brasileño.
“No es de ahora, pero notamos que se hizo más intenso después de la muerte de su madre”, detalló la citada fuente, quien fue enfático en señalar que el retirado astro del fútbol apenas sale de su residencia.
“Sé que tiene un corazón inmenso y se esfuerza por ser generoso con sus amigos. Pero no todos son reales y no se dan cuenta de que se está haciendo mucho daño a sí mismo”, agregó el cercano a los Assis Moreira.
La sonrisa del fútbol, aquella que cautivó al mundo durante años, ya no solo está ausente, sino que pareciera estar desvaneciéndose.