Ronaldinho ganó solamente un Balón de Oro cuando en 2005 brillaba en Barcelona y la revista France Football le dio el premio al mejor futbolista del mundo pero su recuerdo es mucho más grande aunque no esté ni cerca de las distinciones individuales obtenidas posteriormente por Lionel Messi y Cristiano Ronaldo y en las últimas horas un ex jugador argentino que le tocó marcarlo en esa época hizo una llamativa revelación que demuestra lo que significaba.
“Estábamos jugando un Celta-Barça en Vigo. En la primera pelota que fue a agarrar Ronaldinho, le pegué de atrás y se cayó. Lo ayudé a levantarse y le dije que me habían ofrecido 500 mil pesetas (3.000 euros) por sacarlo del campo. Él me contestó: ‘Si me agarras’ y no lo fui a marcar más. Me daba miedo porque cuando se enojaba era peor, un jugador impresionante. No lo fui a marcar más porque me iba a hacer pasar vergüenza”, recordó Fernando Cáceres en diálogo con Ídolos.
En la misma sintonía, el ex defensor de la Selección argentina opinó sobre Lionel Messi: “Si se te acerca, directamente le pegás una patada, es la solución que tienes, con él no queda otra alternativa”.
Y ya en Independiente sobre el cierre de su carrera, no estaba para sutilezas ni para correr a los jóvenes: “Al Kun Agüero era difícil marcarlo, así que cuando lo tenía en contra en los entrenamientos le decía que se fuera para otro sector de la cancha si no quería que le pegara. Él sabía que le iba a pegar porque no lo iba a correr. Ni un caño se le ocurría tirarme. Le decía que se fuera para otro lado de la cancha si no quería que le pegara”.
El Negro jugó seis temporadas en Celta, donde dejó un gran recuerdo antes de regresar al fútbol argentino para vestir la camiseta de Independiente tras un breve paso por el Córdoba del ascenso de España y convivió con la llegada del crack brasileño al Barcelona proveniente del PSG. En 2009 fue víctima de disparos de armas de fuego en un asalto que le produjo la rotura de cráneo y desde ese entonces, se encuentra en constante rehabilitación con mejoras significativas que le permiten hacerse entender a la perfección y hasta caminar después de mucho tiempo de pelearla.