Un escándalo Mundial. La segunda final de la Copa Libertadores que debían protagonizar esta tarde River Plate y Boca Juniors fue suspendida.
Esto luego de los serios incidentes en el arribo del equipo visitante al estadio Monumental de Núñez de Buenos Aires.
Los buses de dirigentes y el plantel ‘xeneize’ fueron recibidos con palos y piedras, lo que derivó en un operativo policial con gases que afectó a los futbolistas.
En su llegada al vestuario del reducto deportivo, los jugadores forasteros se quejaron por el momento vivido.
Vómitos, cortes y mareos presentaron los ‘bosteros’, lo que provocó en que finalmente el juego fuera postergado, tras la petición de Boca, aun cuando el estadio estaba lleno.
Sin ir más lejos, el futbolista Pablo Pérez, el mayor afectado, fue trasladado hasta un centro médico en ambulancia.
Alejandro Domíngez, presidente de Conmebol, confirmó todo: “El fútbol no es esto, es diversión, es paz. Hay acuerdo de ambos clubes, que se desnaturalizó y en estas condiciones no se puede jugar”.
“Había un acuerdo de los presidentes. Si los clubes no quieren jugar, y están de acuerdo, se hace mañana… Quiero felicitar a ambos presidentes porque fue un pacto de caballeros. Que gane el mejor en cancha”, complementó.
La máxima autoridad del fútbol sudamericano, recalcó también que el pleito se jugará este domingo desde las 17:00 horas.