El 29 de abril de 2011, el mundo entero fijó sus ojos en Inglaterra. Por primera vez en 30 años, un matrimonio real desataba la locura del público que ansiaba ver al hijo de la princesa Diana, William, caminar hacia al altar junto a su novia Kate Middleton.
Ese día la familia Middleton también se convirtió en un objetivo perfecto para los paparazzi, especialmente Pippa, quien se transformó en toda una celebridad mundial luego de llevar la cola del vestido de novia de la princesa en la Abadía de Westminster.
Y aunque la familia en pleno participó en la ceremonia, hubo un personaje que pasó prácticamente desapercibido. James Middleton, el hermano menor de Kate, llegó del brazo de su madre e incluso se encargó de una de las lecturas, sin embargo, casi nadie recuerda su aparición.
Han pasado cinco años de eso, James tiene hoy 29 años y una promisoria carrera en el mundo de los negocios, a pesar que nunca terminó sus estudios de gestión de recursos ambientales en la universidad Edimburgo, donde asistió sólo un año.
Si bien su familia le pidió que siguiera el ejemplo de sus hermanas y terminara su educación -Kate se graduó en Historia del arte y Pippa en Literatura Inglesa- la decisión ya estaba tomada. “Como muchos disléxicos, yo sufro este problema desde pequeño, aprendo mejor haciendo y cometiendo errores, que siendo enseñado“, señaló James a la revista GQ en 2012. “Pensé que no estaba abandonando la Universidad para volver atrás, sino preparándome para el mundo”, continúo.
Fue así que con sólo 20 años, Middleton decidió que la mejor forma de forjar su futuro era hacer algo que en realidad amaba, lo que resultó ser la pastelería. Por ello, inicio un negocio de venta de tortas, las cuales creaba en la cocina de la casa de sus padres.
Para poder iniciar su emprendimiento, pidió un préstamo en el banco y otro a su padrino, Gary Goldsmith. Ambos créditos fueron pagados en su totalidad sólo un año después.
“La gente piensa que es divertido que los chicos hagan pasteles, pero realmente me apasiona“, reconoció. “Mi sueño -que vino a mi cuando volvía a Edimburgo luego de algunas semanas en casa- era construir un imperio de pasteles”, dijo.
Así nació Cake Kit Company, una empresa enfocada a los pasteles con diseños que creció rápidamente gracias a su talento y, que posteriormente permitió que creara otras compañías como Nice Cakes, Nice Wine y Nice Group London .
El último proyecto de Middleton es Boomf, una empresa dedicada a los marshmallows personalizados, que permite que clientes puedan agregar mensajes y fotos a estos dulces. Hoy incluso cuenta con envíos internacionales gratis.
“Ya no somos una industria casera, y hemos mejorado mucho. Ha sido un trabajo duro y muchas veces he tenido que trabajar hasta 14 horas al día, pero es un algo muy satisfactorio “, reconoció a la misma revista.
Sus empresas cuentan con millones de clientes entre los cuales destacan el fotógrafo Mario Testino, de la casa de moda Ralph Lauren y marca de ropa Jigsaw. “Nada se da servido en un plato”, señaló. “Hay posibilidades para todos. no hay nadie que no pueda hacer algo. Siempre podrás comenzar un negocio a partir de la nada, sólo necesitas las ganas“, dijo.
El otro Middleton
James es el menor del clan y creció a la sombra de sus hermanas Kate y Pippa, sin embargo, siempre trató de tener una personalidad propia.
Los medios ingleses no han sido nada amables con él, aunque tampoco ayudó que durante sus primeros años en el ojo público, él tuviese poco cuidado con su actuar.
Cuando los duques de Cambridge recién comenzaban su relación, decenas de fotos de James en situaciones comprometedoras comenzaron a circular en internet. Entre las más famosos se encuentra una donde aparece borracho y usando un vestido.
Debido a eso comenzaron rumores de una supuesta homosexualidad y de su gusto por las fiestas y el alcohol.
“Trabajo increíblemente duro -como cualquier otra persona, y a pesar del hecho que soy hermano de alguien muy importante, al final del día sólo soy James”, señaló hace dos años en una entrevista con la revista TYD.
Todo empeoró cuando para su cumpleaños 21, se emborrachó tanto que tuvo que ser sacado por sus padres del restaurante donde se encontraban, para llevarlo a casa. El problema, es que Kate estaba con ellos y por ende los paparazzi habían rodeado el lugar.
Cuando James y sus papás salieron del local, él apenas podía mantenerse en pie, por lo que su madre intentó impedir que le tomaran fotografías, pero entonces el joven comenzó a orinar en la calle y ya nada se pudo hacer.
A pesar que dicha imagen era dinamita para los medios amarillistas, no fueron publicadas luego que los editores recibieran una advertencia de que los Middleton no eran personas públicas y debían ser dejados en paz.
Después de eso, el príncipe William tomó a James bajo su protección y le enseñó a comportarse en público. Así fue como dejó de salir a discoteques y se enfocó en el deporte y en su trabajo.
En 2013, comenzó una relación con la cantante y actriz inglesa Donna Air (36), acallando los rumores sobre su supuesta homosexualidad, los que habían aumentado cuando se supo que él invitó a su mejor amigo como acompañante a la boda de Kate, lo que se había mantenido en secreto.
El tío chocho
El paso del tiempo hizo que los medios cambiaran la imagen que tenían de James y que lo mostraba como el “cuñado cacho”, como se diría en buen chileno. Hoy se muestra maduro, serio y muy cercano a William.
La relación entre ambos se afianzó más cuando comenzaron a compartir su amor por el fútbol, por lo que cada vez que tienen la oportunidad se reúnen para jugar.
La llegada de sus sobrinos también le dio una nueva forma de ver la vida, pues se transformó en una figura constante en la vida del príncipe George y la princesa Charlotte.
“Aún veo a George como mi sobrino. Sólo quiero ser el mejor tío posible. Como cualquier otro tío, quiero ser el tío cool”, señaló en una entrevista con ABC.
Al parecer, hasta el momento va por buen camino, pues fue James quien regaló a la pareja real el cocker spaniel que hoy tiene maravillados a los niños.
Mira aquí algunas fotos de James