La pasada semana, Netflix estrenó la segunda parte de la cuarta temporada de Emily in Paris, la cual muestra a la ejecutiva de marketing iniciando una nueva vida en Roma.
De hecho, gran parte de esta temporada transcurre en la capital italiana, donde Emily (Lily Collins), empieza un romance con el galán italiano Marcello Muratori (Eugenio Franceschini).
Asimismo, gran parte del capítulo 9 muestra a la joven dando un paseo de ensueño junto a Marcello, recorriendo todos los atractivos turísticos de la urbe romana.
Sin embargo ¿es todo tan perfecto como se muestra en la serie?
Emily in Paris v/s la verdad de Roma
Una selfie perfecta en la Fontana di Trevi…
Durante el episodio, el joven lleva a Emily hasta uno de los sitios más concurridos de Roma, la Fontana di Trevi. Allí, ella se toma una selfie y lanza unas monedas en un lugar casi vacío.
Si bien se trata de una escena bastante tierna, lo cierto es que está bastante alejada de la realidad, ya que aquella es una de las zonas más saturadas por el turismo en esa ciudad.
Se estima que entre 10.000 y 12.000 personas visitan cada día la Fontana di Trevi, por lo que aquellos paseos están lejos de ser muy relajados.
De hecho, el municipio de Roma estudia establecer una tarifa de 2 euros para quienes lleguen a sacarse fotos a la zona. La idea es controlar el flujo de visitantes.
Paseo en moto por el Coliseo Romano
Una situación similar ocurre cuando Marcello y Emily dan un paseo en moto por las afueras del Coliseo, apreciando su belleza.
Lo cierto es que, al igual que el caso anterior, la gran cantidad de personas en el área impide que el tráfico de vehículos sea tan expedito como en la serie.
De hecho, sólo en 2023 un total de 3 millones de personas visitaron ese monumento por dentro, en una cifra que fue récord.
Atardecer en la Plaza de España
Una de las primeras escenas románticas de la pareja ocurre en las escaleras de la famosa Plaza de España. Sin embargo, en la realidad esto no podría ocurrir.
La ficción muestra a los jóvenes sentados en los escalones mientras observan la ciudad. Sin embargo, de acuerdo a Business Insider, por ley esto no esta permitido, ya que la seguridad del lugar exige que los visitantes circulen con rapidez.
De hecho, quienes se sienten por minutos en esas escaleras corren riesgo de pagar una multa de hasta 400 euros.
El tranquilo paseo por la colina del Janículo
Esta es otra de las grandes escenas del capítulo, que muestra a ambos observando Roma desde la Colina del Janículo.
No obstante, y al igual que en los casos anteriores, sería muy raro que este sitio está tan vacío de personas.
Por lo general se le ve repleto de vendedores y carros con objetos relacionados a turismo.