VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Mientras revisaban el auto, se encontraron con una biblia en el maletero, lo que generó un debate entre Muñoz y la animadora Monserrat Álvarez, quien consideró que era privado. A pesar de las indicaciones de Álvarez, Muñoz consultó a los inspectores y continuó ojeando el libro, hasta que el acompañante del conductor detenido reveló que era un pastor.

Desarrollado por BioBioChile

Como es usual esta mañana, los matinales de televisión llegaron hasta la comuna de Pedro Aguirre Cerda, en la región Metropolitana, para mostrar una fiscalización vehicular.

Hasta allá llegó un equipo de CHV comandado por la periodista Daniela Muñoz, quien vivió un incómodo momento con la animadora del programa, Monserrat Álvarez.

El hecho se dio cuando los fiscalizadores detuvieron a un conductor que tenía dos órdenes vigentes de detención y 34 causas anteriores. En ese momento, el vehículo estaba con el maletero abierto, donde se podían ver varias pertenencias de su dueño, tales como bolsas, revistas y libros.

Cuando los inspectores hacían revisión del vehículo, los animadores y la periodista se detuvieron en la presencia de una biblia. Ante las risas del panel, Muñoz se acercó y le preguntó al personal a cargo si podía sacar el libro para verificar que fuera el texto sagrado.

Sin embargo, tan pronto como lo tomó recibió un llamado de atención de Monse Álvarez: “No, no, pero eso es privado, oye Dani”, dijo antes de comenzar a llamar su nombre repetidas veces en un tono más serio.

“Dani, eso es privado. Aunque sea la biblia Dani”, le insistió intentando que devolviera el libro a su lugar.

Pero la periodista no cedió: “Monse, Julito, acabo de pedirle permiso a los inspectores para ver si podía abrir el libro y me dijo que sí”, se defendió.

A ello, Monse Álvarez volvió a insistirle: “Es que no es del inspector el libro”, le apuntó.

Finalmente, el momento fue interrumpido por el acompañante del conductor detenido, quien le explicó que se trataba de un pastor, develando la razón de la presencia del libro en el maletero. Por su parte, la periodista no devolvió el texto al auto y lo siguió ojeando mientras conversaba con el hombre.