El actor Héctor Noguera habló por primera vez de la muerte de su hija Claudia, quien falleció a las pocas de haber nacido.
El intérprete recordó esos días en una conversación con Martín Cárcamo, en el programa De tú a tú, que se emitirá este domingo.
Claudia fue la primera hija que Hécor Noguera tuvo con su actual esposa, Claudia Berger. La niña nació con la tráquea cerrada y con onfalocele, defecto congénito consistente en un vientre que no terminó de cerrarse.
“Había mucha ilusión con ella, pero ya habíamos visto en el camino, a través de alguna ecografía, que ella venía mal, aunque nunca tan mal que como nació realmente”, recordó el actor, que agregó que pese a los intentos por operarla, la bebé no sobrevivió.
Héctor Noguera sobre su hija: “Claudia ni siquiera vio lo que vi yo”
Fue él mismo quien tuvo que darle la noticia a su esposa, luego que ella despertara de la anestesia. “Claudia ni siquiera vio lo que vi yo. Yo la vi pasar”, contó.
“El momento más doloroso fue cuando volvimos a la casa, porque teníamos todo listo para recibirla. Su pieza, su cunita, la ropita, todas esas cosas que usan las guagüitas, el cascabel para que ella juegue… todo eso se convierte en algo inútil, sin sentido”, dijo.
“Eso es un vacío muy fuerte, muy grande. Tú esperas llegar con tu guagüita a la casa y empezar una vida con ella, y no hay nada, y esa fue nuestra primera hija”, relató.
El actor vivió el dolor acompañado por sus dos hijas, María Piedad y Amparo, nacidas de su matrimonio anterior con Isidora Portales. A ellas luego se uniría Diego, Emilia y Damián, fruto de su relación con Claudia.
De hecho, Cárcamo leyó un relato dedicado a la bebé, que aparece en la biografía del actor escrita por su hijo Damián.
“Yo pude haberla salvado, estoy seguro de que pude haberla salvado.
Miro su cuerpo roto, y en este presente que se siente a veces distanciado de la vida, pienso en mi hija, mi hija que murió poco después de nacer, en mi real hija, una cosita azul que vi sobre una cama clínica rodeada de médicos, que corrían desde un pasillo hasta un ascensor que se cerró, para no verla nunca más”.