El actor, que se prepara para su papel de Marcos en Como la Vida Misma, habló sobre su nuevo rol, así como del nuevo proyecto que tiene en las tablas. Asimismo, adelantó cómo será el final de Manolo junto a Sofía.
A semanas de que llegue el fin de La Ley de Baltazar y comience Como la Vida Misma, el actor chileno Andrés Velasco admite no querer soltar a Manolo, el silencioso cuidador del fundo de Baltazar, mucho menos por el rol que le espera ahora.
“Va a ser duro despedirse de Manolo, además que por este tarambana… va a ser doloroso. A veces pienso: ‘chuta, la gente de quererme tanto, van a pasar a odiarme’, porque es alguien de quien tú dices ‘a este personaje no le doy ni medio crédito"”, admite el actor.
“Igual esta es una de las gracias del oficio, uno vive como distintas realidades y nunca una realidad se parecerá a la otra. Yo me siento super privilegiado, porque he escuchado algunos colegas que siempre les toca hacer lo mismo”, dice.
En tono de broma, menciona que “es lo que les toca cargar a los galanes. Por lo general los galanes siempre les toca hacer de galanes y no es porque ellos quieran o no, sino que el medio se los pide. En mi caso tengo la suerte de que se me ha beneficiado con personajes muy divertidos que me ayudan a superar mis propios límites”.
“Ha sido triste despedirse del personaje, pero así es la vida. Hay que cambiar y la gente se va a entretener con este nuevo personaje y esta nueva teleserie, porque es un refresh, haciendo harto hincapié al tema de los ex y las ex”, dice.
En esa rama, explica que en la próxima teleserie relatarán que “vivir con estos fantasmas es difícil porque siempre estás negociando con las dos bandas: con el ex y con el actual”.
Andrés Velasco y su personaje en Como la Vida Misma
Específicamente, Velasco interpretará a Marcos Morales y será la expareja de Sigrid Alegría, quien en la vida real es la madre de su hijo Alonso.
“Paso del Manolo galán a ser todo lo contrario: un tipo maduro de 50 años que no se da cuenta de la edad y responsabilidad que tiene. Él siente que todavía tiene 18 años, anda por la vida creyendo que simplemente las oportunidades no se le han dado”, describe.
De acuerdo al actor, Marcos también se caracteriza por aportar lo mínimo en casa, además de que “no toma la autoridad a la altura de sus hijos, sino que siempre es como un amigo más”.
“El hijo chico todavía lo aguanta y lo quiere, pero otro siente que este papá no sirve de nada, que es más la pega que da que el aporte. La exmujer, este personaje que encarna la Sigrid, también, ya no quiere otro hijo, no quiere más peso en la mochila”, explica.
Pero el peso no solo lo lleva su exmujer, sino que también su padre, Armando (Tito Noguera). “Él ya es un caballero jubilado que quiere vivir la vida tranquilamente y tiene que hacerse cargo de este lastre, que no se va de la casa, que le toma la cerveza, que no hace ningún aporte, que dice que trabaja, pero no aporta ni un peso”, añade Velasco.
En esa rama, el intérprete admite que “a mí me cuesta harto empatizar con el personaje, porque los años me han enseñado a pisar tierra y a asumir las responsabilidades. Y si este señor no se pega el alcachofazo ya teniendo tres hijos, con la vida ya planteada… no, a mí me desespera un poquito”.
“Debo confesar que es un personaje que si bien es liviano, y que es gracioso, es también alguien que tú dices ‘yo a este gallo no lo quiero cerca"”, comenta entre risas Velasco.
Manolo y la esperanza de un final feliz
Para el actor, también afecta la conexión que tuvo con su personaje en La Ley de Baltazar, debido a que “era muy fácil entrar en él. Me ponía el vestuario y ya empezaba a hablar como él”.
“Además, recibía mucho cariño, los hombres de campo, para qué te cuento, cómo me aplaudían porque logré el sueño de tanto hombre de campo que es enganchar a la patrona”, bromea, apuntando que “por poco me convertí en un héroe de los inquilinos”.
De todas formas, ve con buenos ojos el final de Manolo y Sofía. “Yo diría que su historia es una de las historias que se ha mantenido de manera más romántica, apuntando a lo más clásico de las teleseries donde los personajes quieren estar juntos, el público quiere verlos juntos y basta con verlos cerca para sentir la satisfacción”, menciona.
“En ese sentido, la historia completa de Manolo y Sofía va a ser muy satisfactoria para la gente, que siente plenitud al verlos compartir la vida”, añade.
De todas formas, el actor adelantó que la pareja tendrá “un final feliz, un final romántico y por siempre juntos”.
Ad portas del final de la teleserie, Velasco no descarta una posible reunión con todo el equipo para ver el capítulo final, debido a que “somos un equipo bien unido y nos ha costado separarnos. Un síntoma de ello es que nadie se ha salido del grupo de WhatsApp”.
“Terminamos a fines de enero de grabar y seguimos conectados, intentando poder juntarnos, no me extrañaría que salga la oportunidad de poder ver el final todos juntos, no solo el elenco, sino que el equipo de dirección y producción”, explica.
Los otros proyectos de Andrés Velasco
Pero además de la televisión, Velasco suma otros proyectos en las tablas con la obra Con Empatía, en donde él interpreta a cada personaje sin salir del escenario.
Esto, debido a que interpreta a cuatro personajes totalmente diferentes entre sí. Específicamente, y gracias a máscaras y pelucas, Velasco se transformará en un borracho, un empresario, una mujer de la alta sociedad y una narcisa, en búsqueda de risas y también que algunos se sientan reflejados en el monólogo.
“Esta obra tiene el acto heroico de querer rescatar al teatro de la situación precaria en la que se encuentra el teatro en nuestro país. No es una cosa de que nosotros lo esperemos rescatar, sino que forma parte de lo que queremos rescatar: hacer un teatro desnudo, hacer las cosas desde lo más simple”, menciona.
Esta técnica de las máscaras, reconoce, es algo nuevo en su trabajo personal, ya que jamás había hecho algo parecido. De todas formas, apunta que “siento que me queda perfecto, como el zapato de Cenicienta”.
“Es una técnica nueva la técnica de las máscaras, es algo que nunca había realizado. Estoy solo en escena y encarno a cuatro personajes como arquetípicos de nuestra sociedad y hacemos un repaso de lo que cada uno piensa y ve”, adelanta.
Respecto al desafío de ser cuatro personas diferentes sin salir del escenario, Velasco menciona que “el desafío es llevar al máximo esta habilidad”.
“Tengo una versatilidad que me la han destacado mucho en televisión, tengo la suerte de pasar de un personaje a otro: he sido carabinero, sacerdote, un psicópata malvado… Me ha tocado hacer de todo porque tengo esta facilidad, por así decirlo, de cambiar profundamente de personalidad”, menciona.
Luego de haber estrenado su show en el teatro Ictus, en abril Con Empatía tendrá su propio repertorio en el teatro San Ginés durante abril. De todas formas, Velasco admite que “pretendo estar haciendo esta obra por lo menos dos años”.