La actriz Pepi Velasco recordó que si bien su padre estuvo cuerdo durante toda la enfermedad, el desgaste fue tal que él le pidió poder acabar con su vida por los estragos que causaba la enfermedad.

Durante la noche del jueves la actriz Josefina “Pepi” Velasco comentó en Socios de la Parrilla cómo enfrentó la enfermedad y muerte de su padre tras vivir la parte más compleja de la enfermedad de Parkinson.

La intérprete se encontraba compartiendo con Jorge Zabaleta, Francisco Saavedra, Pedro Ruminot y quienes compartirán con ella en el set de Juego Textual cuando fue consultada sobre su padre y el diagnóstico que tuvo.

Al hablar de cómo supieron de la enfermedad, Velasco aseguró que “no fue raro, no fue fuerte. Porque uno es super ignorante frente a esas enfermedades”.

El Parkinson es una enfermedad terrible, porque es degenerativa progresiva. Te deteriora en todos los aspectos, cognitivo, físico, emocional”, explicó entonces.

“Mi papá era un gallo deportista, simpático, alegre, dueño de las fiestas, el rey del mundo. Era amigo de sus amigos, amigos de sus enemigos, era un huevón súper choro, chorísimo, con un sentido del humor increíble”, describió la actriz.

Entonces, Pepi Velasco aseguró que su padre “se deterioró tanto, tanto, tanto, que me acuerdo de una vez que lo fui a ver y estaba hecho pebre. Él ya vivía en una casa de reposo, porque necesitaba atención especial, tenía sonda, pañales y muchas cosas”.

“Él me pidió que lo matara. Me dijo: ‘agarra ese cojín y, por favor, ahógame’”, contó emocionada. “Fue súper heavy, súper fuerte”, comentó.

Es debido a esa experiencia que Velasco siente que debe celebrar la vida. “Siento que cuando te llega un momento de enfermedades fuertes, hasta ahí llega la vida. Cuando no puedes disfrutar el día a día, cuando no puedes compartir con amigos, cuando no puedes celebrar la vida, creo que se acabó”.

“Y a mi papá se le acabó a vida antes de que se muriera”, lamentó, apuntando que entonces “prendía velas blancas y pedía para que mi papá se pudiera ir, y no se iba”.

“Es que su cabeza estaba súper bien, súper lúcido, pero estaba muy deteriorado. Cuando se murió, fue un alivio. No saben la alegría de la muerte de mi papá, fue maravilloso”, comentó.

Entonces, aseguró que con su partida, decidieron celebrar. “Cerramos un restaurant con los más amigos y los familiares e hicimos un almuerzo la raja; nos curamos, tomamos, cantamos, contamos historias de mi viejo, y eso fue”, cerró entonces.