Contrario a la naturaleza humana, donde los padres se encargan de proteger a sus hijos, existe un trastorno que provoca que los cuidadores de menores acaben maltratando poco a poco a sus pequeños para hacer creer al resto que están enfermos.
De eso se trata del denominado Síndrome de Münchausen. De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, este desorden trata de una enfermedad mental y una forma de maltrato infantil.
En ella, explica la página, “el cuidador del niño, con frecuencia la madre, inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo”.
Este tipo de trastorno siempre causa conmoción en la sociedad e incluso, uno de sus casos más oscuros, la historia de Dee Dee y Gypsy, acabó como una serie llamada The Act.
Por su lado, la Clínica Mayo asegura que las personas que causan síntomas o enfermedades en realidad no entienden el por qué hacen estos hechos, e incluso no lo ven como un problema.
Este trastorno, que es difícil de identificar y de tratar, necesita ayuda médica y psiquiátrica ya que se puede llegar incluso a la muerte de los menores.
Un secreto casi siniestro
De acuerdo a lo que explica la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, cuando existe el Síndrome de Münchausen en la familia, esta suele “mostrarse al equipo de salud como la ‘familia ideal’, con una madre cuidadora y preocupada, y un padre que no causa conflictos”.
Además, explican, habitualmente el cuidador que realiza estas agresiones en el pequeño, “estudió algo relacionado con el área de la salud o cuenta con conocimientos médicos más allá de los habituales”.
“Esta cuidadora manipula, engaña e induce a los profesionales de la salud a someter al niño cada vez a mayores intervenciones”, señalan.
De acuerdo a la Clínica mayo, en la actualidad no existe alguna forma de prevenir este trastorno, porque se desconocen sus causas.
Es por esto que llaman a poder reconocer de forma temprana los síntomas antes de que los menores estén en un peligro vital.
Algunos de los problemas que se presentan son:
Síntomas vagos o contradictorios Afecciones que empeoran sin razón aparente Afecciones que no responden a las terapias habituales según lo previsto Buscar atención de muchos médicos u hospitales diferentes, incluso usando un nombre falso Resistencia a permitir que los médicos hablen con familiares, amigos u otros profesionales de salud Hospitalizaciones frecuentes Afán por someterse a pruebas frecuentes u operaciones riesgosas Muchas cicatrices quirúrgicas o evidencia de numerosos procedimientos Discusiones con los médicos y el personal