Ya está disponible en Disney+ el catálogo completo de una de las series más emblemáticas de los noventa: “Dinosaurios” (1991), sitcom cómica que se centraba en la vida cotidiana de una familia de saurópsidos.
La trama (emitida en Chile en Canal 13) tuvo un amplio éxito de audiencia en EE.UU, pero su veneración colectiva vino varios años después.
Con el paso del tiempo, la serie se convirtió en objeto de culto para nuevas generaciones de espectadores, sobre todo por un enigmático final que de alguna forma se relaciona directamente con el cambio climático y la coyuntura global de estos días.
Un final y una moraleja
El último capítulo abordó un tema para nada simple de explicar en el marco de las características de la producción: la extinción de los dinosaurios. O sea, de la vida misma que rodeaba a cada uno de los personajes.
En una abierta crítica al progreso tecnológico y su irrespeto por la naturaleza, la trama planteaba cómo el fin de la especie fue gatillada por los propios dinosaurios. Una metáfora y un dilema, según sus guionistas, de la propia humanidad.
“Desde la primera vez que hablamos de la serie, discutimos la idea que la domesticación de los dinosaurios sería lo que les llevaría a extinguirse”, contó al portal Vulture Michael Jacobs, uno de los creadores de “Dinosaurios”.
“Mi socio Bob Young y yo decidimos que el fin de los dinosaurios tendría que llegar de la menor forma de vida posible. Sentíamos que la metáfora del episodio tenía que ser que, como humanos, podemos ser totalmente inconscientes de lo que nos puede pasar si no vigilamos”, agregó.
“Los jóvenes deben entender que la extinción es una posibilidad real”, señaló Jacobs, quien a su vez reveló que el capítulo final siempre fue planteado desde la esfera pedagógica.
El episodio lleva por título “Naturaleza cambiante” y se sitúa en el ocaso de los dinosaurios sobre la Tierra. El desastre que gatilló todo, según la trama, fue ocasionado por el mismo protagonista de la serie tras quedarse a cargo de la empresa donde trabajaba: la Corporación Wesayso.
Earl Sinclair, el patriarca del clan, ya en el desenlace de la historia, termina pidiéndole disculpas a su familia por el infortunio.
“Confié ciegamente en el progreso y la tecnología sin tener respeto por la naturaleza. Claro, es fácil abusar de la naturaleza, pues siempre ha estado ahí”, se lamenta.
La postal que quedó en la memoria colectiva la protagonizó el “Nene Consentido”, quien de inmediato le pregunta a sus padres qué va a pasar con ellos. Nadie sabe qué decirle. “Pase lo que pase, no te quedarás solo”, le responden sus hermanos.
En ese instante, la cámara muestra la nieve que cae sobre las calles de la ciudad y la Corporación Wesayso, en medio de una noche espesa. La última escena es tan desoladora como enigmática: en ella, el presentador del noticiero local informa en tono serio, casi desesperanzado y desde un estudio en ruinas, las novedades del planeta: “Y en cuanto a la previsión del tiempo seguirá la nieve, la oscuridad y las temperaturas bajo cero… Adiós”.