Anoche, en el programa de “De tú a tú”, el conductor Martín Cárcamo viajó hasta Vichuquén en la Región del Maule, al lugar donde reside el modelo, actor y presentador de televisión, Cristián de la Fuente, junto a su familia.
Cristián partió contando que Vichuquén es la definición de hogar para él, en dónde están sus recuerdos y dónde su hija fue concebida. Él reveló que ese lugar se lo debe a Felipe Camiroaga porque hace años, cuando Angélica Castro había juntado un poco de plata se iba a comprar una casa en la playa y Camiroaga la llevó a conocer la comuna cuando estaban pololeando.
Recordó que él llevaba dos meses con Angélica, cuando ella lo llevó a conocer este hermoso lugar: “Si me gustaba Vichuquén como que podíamos seguir en serio, pero si no iba a haber un problema y era mejor terminarlo antes”. Agregó que antes, la última vez que estuvo en ese lugar, ella dejó un papel diciendo que cuando volviera lo iba hacer con el amor de su vida. Y en ese momento volvió con él.
Sus padres
De la Fuente declaró que su papá era bígamo. “Mi papá tenía una familia, tenía 4 hijos y tuvo una relación muy larga con mi mamá. Mi mamá conoció a mi papá cuando ella tenía 18 años y yo nací cuando ella tenía 35. Imagínate son 17 años de una relación en donde fueron amantes terminaron mi mamá quedó embarazada tuvo que abortar. Después vuelve a quedar embarazada por tercera vez y ahí mi mamá dijo ‘yo no voy a abortar’ y aquí viene una frase de mi mamá muy linda: ‘si no te puedo tener a ti, por lo menos voy a tener un hijo tuyo’”. Contó que la señora oficial de su papá se juntó con su mamá. Ella, su tía, era como una segunda madre y lo quiso como a un hijo. Los tres murieron de cáncer al pulmón.
Él nació en esa realidad. Hasta que entró al colegio no se dio cuenta de eso. Martín le preguntó si se sintió el hijo bastardo. “Siempre. Siempre me sentí el de afuera. Vivía en otra casa, en otro barrio. Era todo más chiquitito. Tenía una necesidad de mostrarle al mundo que yo era exitoso, que era bueno, porque era ese niño que tenía que demostrarle a su papá que era mejor que sus hermanos y que tenía derecho a estar ahí, derecho a sentarse en esa mesa”.
Martin le mostró una foto de su papá. Cristián reconoció que le da pena y que le hubiera gustado estar más tiempo con él. “Era el mejor. Si yo pudiera ser la mitad de papá de lo que él fue conmigo, con Laura, hice bien la pega”. Señaló que tiene los mejores recuerdos pero son pocos. “Por eso mi objetivo en la vida es darle más tiempo a Laura para que esa niña no tenga que vivir lo que vivió ese niño” refiriéndose a él mismo, y reflexionó: “Muchas veces hay que trabajar de adulto para sanar al niño. Muchos de los problemas que tenemos como adultos son porque ese niño creció con una herida, y mientras no sanemos esa herida siempre va a existir”.
Su papá siempre estaba con un cigarro y tenía un serio problema de alcoholismo. Murió a los 64 años. “Siempre supe que mi papá se iba a morir joven. Por eso no pude estudiar teatro, por eso no terminé construcción civil. No tenía tiempo. Era obvio que mi papá se iba a morir. Nadie puede resistir ese nivel de vida”. Vio cosas muy complicadas por la enfermedad. Vio a su héroe caerse y le tocó recogerlo, acostarlo. “Eso duele. La vida no es tan color de rosa como la gente cree. Todos tenemos nuestros dolores”. Afirmó que no le recriminó nada a su padre: “fue su vida y tuve lo mejor de él, ¿qué más puedo pedir? Quizás si alguien tuviera que recriminar son mis hermanos que no tuvieron el papá que tuve yo”. La canción My Way de Frank Sinatra es la canción con la que Cristián recuerda a su papá.
Martín le preguntó por su mamá. ¿Qué le diría a ella?: “Ella lo dio todo por él (su papá) y por mí. Incluso se fue a la cárcel por mi papá. Mientras mi papá estaba en la cárcel pública de Santiago”. Recordó que aprendió a caminar cuando ambos padres estaban en la cárcel y “mi tía que me estaba cuidando le tuvo que cortar las puntas de los zapatos porque le habían crecido los pies y no tenía plata para comprarme zapatos”. Se fueron presos por una infracción a la ley de cambio. “Mi mamá le mandó unos dólares a mi papá con un piloto de Lanchile y eso no se podía y, además, lo acusaron por comunista porque pensaron que esa plata la estaba usando con fines políticos. Su mamá simplemente tenía que decir quién había mandado los dólares, entonces se fue presa”.
Martin le mostró un video en donde aparecen sus padres hablando de él, en ese minuto se quebró.
Su paso por Canal 13 como actor
“Ser actor y tener buena pinta es un pecado. Tenía compañeros de actuación que cuando había una mala crítica hacia él, la pegaban en el camarín de Canal 13. Actores y actrices que recortaban críticas mías porque yo era malo, y las pegaban en los camarines para reírse de mi”, comentó.
Martín preguntó si sabe quiénes son, y él respondió que sí. “Después tuve la posibilidad de darle trabajo a una, como productor ejecutivo de una teleserie”, afirmó.
Se fue a los 24 años a Estados Unidos a hacer una audición y el 8 de septiembre de 1998 se mudó con todo a Estados Unidos, donde hizo “Reyes y Rey”.
“Mientras más me dicen algo que no puedo hacer más me dan ganas de demostrar que puedo”, señaló. Sus amistades de la época son Fernando Kliche y Gonzalo Robles. “El gremio de actores nunca me aceptó. Soy muy poco hippie me gustan las películas de acción. No me gusta ir al cine a ver una película que no entiendo y decir que es buena. No puedo”.
Además, contó una anécdota con el director Miguel Littin quien lo llama para que esté en “Dawson Isla 10”. En un principio creyó que lo llamaba para pedirle el contacto de otra persona, pero el director le dijo que lo quería a él para su película.
Su historia de amor con Angélica y su hija Laura
Mientras estaban recorriendo la casa, aparece Angélica e invitaron a Martín a caminar por los senderos. Recordaron cómo se conocieron. La primera vez que se vieron, ella era pareja de Felipe Camiroaga por lo que para él “era inalcanzable”. Años después se volvieron a encontrar en EE.UU., y se cayeron mal. No querían volverse a ver. Y tiempo después se reencontraron nuevamente, y ahí comenzaron su relación. Ambos tenían pareja, pero Cristián afirmó que él estaba decidido a estar con ella, y en eso lo apoyaban su madre y Estela Mora, amiga de la pareja.
Ambos se emocionaron al ver imágenes de su matrimonio, un día que para ellos fue un muy lindo día. “Tenemos las mismas necesidades y estamos dispuestos a hacer los mismos sacrificios”. Si ambos concordaron en que les hubiera gustado tener más hijos, además de su hija Laura, pero después de tenerla el médico le dejó unas gasas dentro de Angélica, lo que provocó que estuviera al borde de la muerte. A raíz de ese episodio, trataron de tener más hijos, pero no querían poner en riesgo a Angélica.
Para seguir la conversación, se cambiaron de locación hasta el quincho de la casa. Ahí se les unió Laura, quien se refirió a que la decisión de volver a Chile fue de ella y sus padres la apoyaron: “Fue la mejor decisión del mundo porque estoy más cerca de mis amigos, de mis primos”, y también tiene pololo hace 5 meses.
En medio de la amena conversación, no podía faltar el chascarro: se les quemó la pizza de masa madre que estaban preparando, causando risas en todos quienes estaban ahí.
Para ellos, la canción My Everything de Michael Bublé es muy importante porque revelaron que Cristián se la canta siempre a Laura, incluso la grabó él mismo en el estudio de Luis Fonsi.
Al finalizar, Martín le entrega un regalo a Cristián: un cuadro con la partitura de “My Way” de Sinatra junto a dos fotos de Cristián junto a su padre.
Este miércoles, Martín Cárcamo irá hasta la casa de Pamela Díaz para conversar “De tú a tú” con “La Fiera”. Hablarán de sus relaciones, de su constancia para llegar a dónde está hoy, y de sus polémicas.