Las seis jornadas del Festival de Viña del Mar no solo significaban la puesta en escena y el esperado espectáculo de la noche, sino que se extendía con todo tipo de revueltas mediáticas que envolvían a los artistas invitados.
Con grandes músicos chilenos y también nombres de talla internacional en la parrilla, era inevitable que la semana festivalera estuviera cargada de curiosidades, desde la llegada de los extranjeros al país, la euforia de sus más fieles fanáticos y, como no podía ser la excepción, las exigencias que pedían los artistas en su estadía en Viña del Mar.
Algunas peticiones se repiten entre los cantantes y bandas, como decoraciones en el camarín o sus comidas favoritas para esperar su número en la Quinta.
Aunque ciertos artistas han realizado exigencias de lo más curiosas a lo largo de los 60 años del Festival que recordamos a continuación.
120 toallas para Luis Miguel
Su presentación en 2012 fue una de las más polémicas del evento, donde el llamado “Sol de México” tuvo grandes exigencias a la hora de prepararse para subir al escenario de la Quinta Vergara.
Es conocido el gusto de Luis Miguel por la oscuridad, por lo que suele pedir que las cortinas estén siempre cerradas. Aquel año pidió que su camarín estuviese cubierto por telas negras para impedir el paso de la luz.
Sumado a eso, en el lugar no pudieron faltar las rosas blancas de tallo largo y la recordada petición de contar con 120 toallas blancas en su espacio, aunque sólo ocupó tres de ellas.
También pidió que, mientras se encontraba en el lugar, los ascensores estuvieran inhabilitados para no toparse con nadie.
Marc Anthony y un costoso producto
El cantante de origen puertorriqueño se ha presentado en tres ocasiones en la Quinta Vergara y en su visita festivalera de 2012 tuvo algunas solicitudes para su camarín.
Marc Anthony pidió a la producción del evento que su espacio tuviera paredes blancas y, en contraste, que le facilitaran 20 toallas negras. Dichas necesidades parecen mínimas al compararlas con las de Luis Miguel, quien destacó ese año con sus exigencias.
Aunque, el cantante de Vivir mi vida pidió también un costoso producto: una botella de vino cuyo valor ascendió a los $200 mil.
Pasando a su participación en el Festival de 2019, el músico solicitó tener chocolates. Respecto a las órdenes para la producción, pidió que los pasillos estuvieran vacíos al momento en que él transitara por ellos, por lo que integrantes del jurado y otros asistentes debían encontrarse en otras dependencias cuando él caminara por allí.
Morrissey y el activismo por los animales
Ese mismo año 2012 hubo otro artista que dio que hablar con sus exigencias. El ex The Smiths, Morrissey, dio detalladas instrucciones para el equipo de producción en su visita al Festival.
En ese entonces pidió que su show no fuera interrumpido para la entrega de los galardones, por lo que sus fanáticos no pudieron replicar la tradicional entrega de la Gaviota.
En paparelo, uno de los conflictos más recordados están directamente ligados a su activismo por los animales. El cantante pidió que no hubiera ningún tipo de carne a su vista. Tampoco podían estar ante él personas utilizando ropa fabricada con material de origen animal.
En esa línea exigió que la entonces animadora Eva Gómez no tuviera los accesorios que se habían elegido para su atuendo de dicha noche, lo que obligó a que se retiraran las plumas con las que se había decorado su vestido.
Sumado a lo anterior, el número anglo de ese año pudo no haberse llevado a cabo, lo que pudo haber defraudado a sus fanáticos que llegaron hasta la Quinta Vergara. Eso ocurrió dada la evidente molestia del vocalista ante el retraso en su número, quien esperaba que se cumpliera el horario pactado o se retiraría del lugar.
Morrissey solicitó que se cancelara la Competencia Folclórica de dicha jornada, a lo que la organización accedió cambiándola para otra noche, dando paso a su presentación.
Romeo Santos y unos curiosos guardias para su camarín
El cantante de bachata se presentó en 2013 y 2015 y entre sus exigencias para el último año estaban 24 toallas negras y alcohol, entre whisky, ron y cognac.
Dichas solicitudes no habrían sido nada especial a excepción de otra petición que salió de lo normal por curiosa y excéntrica. Chilevisión dio a conocer ese año que el intérprete de Propuesta Indecente pidió dos estatuas con la figura de leones de un metro de alto para que estuvieran “resguardando” la entrada a su camarín.
Un chef profesional para Maluma
En 2017 el cantante colombiano llegó hasta Viña del Mar junto a nueve acompañantes, entre miembros de su familia y amigos. Por dicha razón un hotel no era la mejor opción para hospedarse, por lo que pidió quedarse en una casa de más de mil metros cuadrados con monitoreo de seguridad constante.
La vivienda se encontraba en el sector Bosques de Montemar, en el balneario de Concón, y contaba nueve habitaciones, sala de juegos, gimnasio, piscina de agua fría, piscina temperada, quincho, jardín y una amplia cocina, según lo informado por TVN.
Sin embargo, el inmueble no fue del agrado del músico, quien se mostró descontento porque la casa no se encontraba lo suficientemente aislada y el lugar recibía constantemente la visita de sus fanáticos.
Sumado a eso, el artista, que se presentó en la Quinta Vergara y también actuó como jurado del evento, solicitó los servicios de un chef profesional, quien debía estar disponible las 24 horas del día.