A contar de este lunes, Mega tendrá un nuevo estreno en su franja prime: la adaptación libre de 100 Días Para Enamorarse redoblará la programación de las 22:30 horas que vive la recta final de Juegos de Poder.
La nueva apuesta dramática, la quinta nocturna del Área Dramática que dirige María Eugenia Rencoret, es una comedia sobre las relaciones de pareja, sus imperfecciones y particularidades. La trama, que adaptó un equipo liderado por Rodrigo Bastidas y Nena Muñoz, viene a instalar temas como el valor de los vínculos entre las parejas, los hijos, los amigos y la familia.
Y como nada es perfecto, será la tolerancia y la capacidad de aceptar las diferencias y perdonar los errores entre este grupo de amigos, lo que permitirá aceptar las vueltas que el destino les tiene preparado.
Dirigida por Enrique Bravo, con la producción ejecutiva de Daniela Demicheli y la realización de la productora DDRíos, 100 Días Para Enamorarse tiene entre su elenco a actores como: Marcelo Alonso (Diego), Luz Valdivieso (Antonia), Diego Muñoz (Pedro), María Elena Swett (Laura), Fernando Larraín (Javier), Celine Reymond (Mané), Claudia Pérez (Florencia), Felipe Rojas (Pablo), Teresa Commentz (Marti) y Clemente Rodríguez (Clemente), y los niños Santiago Díaz (Lucas), Valentina Alvear (Julieta) y Simón Acuña (Nicolás).
El Argumento
Laura y Antonia han recorrido muchos caminos en el eterno escarabajo que Antonia tiene desde hace 20 años. Amigas desde la época del colegio, ambas mujeres han sobrevivido y disfrutado de pololeos, matrimonios, embarazos sorpresivos, pérdidas amorosas, peleas y reconciliaciones.
Hoy Laura es una abogada casada con Pedro, con quien tiene dos hijos: Clemente, de 17, y Lucas, de 11 años. Además de compartir una vida juntos, la pareja comparte también un prestigioso estudio de abogados, uno de los más connotados de la ciudad.
Antonia, en cambio, trabaja actualmente en una corredora de propiedades y es bastante más relajada: tiene una hija que no conoce aún a su padre biológico y ha logrado establecerse tras una gran desilusión amorosa, con Kike, un seudo músico que vive a costa de ella.
La tercera pareja de esta trama la conforman Mané y Javier. Ella trabaja desde años en el estudio de abogados de Laura y Pedro, y es una celópata en potencia, una vanidosa que sueña con casarse de una buena vez con este hombre escudirrizo que viaja a diario entre Rancagua y Santiago por trabajo. Lo que Mané ni siquiera sospecha es la doble vida de Javier, quien en Rancagua tiene una familia con Florencia, con quien sí está casado.
Se desatan las pasiones
La noche en que celebrarán el aniversario de matrimonio de Pedro y Laura, se desencadenan una serie de acontecimientos que modificarán para siempre las historia de estas amigas. Mientras la abogada descubre que su casa recién refaccionada aún no está terminada y especula sobre la relación que mantiene su marido con la asistente del arquitecto; Antonia, en pleno examen ginecológico descubre que Diego, su gran amor que desapareció hace 17 años sin dejar rastro, ha vuelto a Chile.
La noche de celebración entre los amigos tiene como invitado especial a Diego. Pero nada de este connotado festejo será realmente especial. Cuando todos creían que era el momento perfecto para brindar por el cariño y la amistad, Laura presa y ciega de celos, empuja a Pedro a la piscina y decide dejarlo por “infiel”.
Desesperado por la posibilidad de que su familia se derrumbe, Pedro intenta convencer a Laura que en vez de divorciarse firmen un contrato de 100 días de separación y sólo entonces decidan si el divorcio es la única opción para la pareja.
Así deambularán este grupo de amigos que, de alguna forma, se niegan aceptar lo que el destino les está mostrando.