Este domingo se emitió un nuevo capítulo de En contra viento y marea, con una de las historias más impactantes de la temporada. Y es que el caso de Margarita y Víctor emocionó e indignó a los telespectadores.
La pareja lleva tres años de relación, sin embargo, hace tres meses a él le descubrieron cuatro tumores cerebrales, por los cuales fue desahuciado por los médicos. Debido a esto, la salud pública lo dejó con la ayuda de servicios de cuidados paliativos para aliviar sus molestias. Sin embargo, esta prestación sólo se otorgaba de lunes a viernes, lo que provocaba grandes problemas para su familia.
La falta de un kinesiólogo que trabajara con él, también lo mantenía postrado en su cama, por lo que tanto Margarita como la madre de él debían hacerse cargo de sus necesidades.
La llegada del programa ayudó a esta familia, ya que además de facilitarle una silla de ruedas neurológica, también le encontró un servicio kinesiológico y un tratamiento que le ayudaría a mejorar su calidad de vida.
Por supuesto, también se preocuparon de todos los detalles de la boda que se realizó en menos de una semana, cumpliendo el sueño de los novios.
La pareja se casó en su hogar, primero por el civil y luego por la Iglesia, pero fue durante la segunda ceremonia que el novio comenzó a sentirse mal. Fue Francisco Saavedra quien notó que Víctor no se encontraba bien, y junto con la madre del joven, detuvieron el matrimonio para que él pudiese descansar.
Sin embargo, las cosas se agravaron hasta el punto que los paramédicos decidieron llevarlo al hospital para poder estabilizar su presión.
Luego de un par de horas en el centro asistencial, hasta donde llegó Margarita vestida de novia, Víctor pudo ser atendido. Según le explicaron, tuvo una reacción adversa a la cantidad de Tramadol, un analgésico de tipo opioide que alivia el dolor, que le dieron antes de la ceremonia.
Aunque no explicó claramente quién fue, la mujer señaló que le dieron 25 gotas del medicamento, cuando la recomendación para su caso era de sólo ocho gotas.
Con el paso de los días, Víctor se recuperó de aquel impasse, y el tratamiento conseguido por el programa comenzó a surtir efecto y mejoró su ánimo.
La pareja finalmente recibió la bendición del sacerdote el mismo día de su matrimonio, pero en una ceremonia privada realizada en la habitación de Víctor y Margarita.