Este domingo, la teleserie Moisés y los 10 mandamientos mostró uno de sus momentos cumbre: cómo su protagonista dividió el Mar Rojo para que su pueblo caminase firme en su travesía por la libertad. Un episodio bíblico que se conoce como el cruce de los hebreros por el Mar Rojo.
Las escenas significaron un alto costo de producción: en total, más de un millón de reales a nombre de la cadena Rede Record, canal creador de las teleseries bíblicas. La filmación demoró 31 días en la “Fazenda Lama Preta”, en Río de Janeiro. La puesta en escena requirió de 240 profesionales en un equipo de producción, 400 extras y 120 animales.
Para darle realismo al cierre del mar, se construyeron cuatro rampas de madera y metal de 12 metros de altura cada una, las cuales liberaban 12 mil litros de agua en caída libre sobre los actores, extras y animales.
En Brasil, esta emisión marcó un peak de rating de 32,5 puntos y promedió 28 puntos, superando al canal competidor Rede O Globo en 10 puntos. Los datos los entrega TVN, basados en la fuente UOL R7 Brasil. El capítulo, además, fue tendencia mundial en Twitter.
En la secuencia, se suceden efectos especiales como fuego, reproducción de actores, rayos y trombas marinas que fueron hechos en Estados Unidos por la productora Stargate, la misma a cargo de trabajar efectos de series como The Walking Dead, House of Lies, Revenge, Dr. Who o CSI.
Este fue el contexto de la escena: Dios ordena a Moisés que levante la vara hacia el Mar Rojo. El viento comienza a soplar fuerte. El mar se abre. Las aguas se elevan formando una pared de cada lado. Los hebreos ven el fenómeno con asombro. Ramsés también está impresionado. Los hebreos siguen caminando entre las paredes del mar y el suelo seco con sus animales, pertenencias, ancianos y niños. Ramsés ordena a su ejército que avance. Y los egipcios comienzan a pasar entre las paredes de agua con sus coches y caballos, porque con violencia esperan masacrar a los hebreos.
Moisés es el último en cruzar el mar. Y una vez al otro lado, Dios le ordena que extienda nuevamente su mano sobre las aguas que vuelven a cerrarse, matando a todo el ejército egipcio y dejando a Ramsés solo del otro lado. El faraón, finalmente, queda derrotado.