Al menos tres semanas estuvo alejada la comediante y actriz Javiera Contador de sus redes sociales luego de ser víctima del robo de su celular por parte de un ‘motochorro’.
Así lo relató la mujer detrás de “Kena Larraín” de Casado con Hijos, a través de su cuenta de Instagram, donde cargó un registro relatando el momento.
Según contó en el video, la actriz se encontraba a las afueras de una oficina del Registro Civil a raíz de la pérdida de su carnet, por lo que se encontraba tramitando una nueva cédula.
Tras terminar la diligencia, Javiera Contador esperaba afuera un auto de aplicación cuando ocurrió el delito.
“Pasa alguien y me empuja un poco, yo pensé que querían pasar, no caché que lo que quería era llevarse mi celular y me lo saca un ‘motochorro’. Me dio una rabia”, relató.
Pero la preocupación de la comediante creció cuando cayó en cuenta que su teléfono estaba desbloqueado, por lo que los delincuentes podían meterse en sus cuentas.
“Faltaba como un minuto y medio para que llegara (el auto) y yo tenía la aplicación abierta. Dije ‘ya poh, cagué’ (sic)”, añadió.
No obstante, la actriz se fue a su lugar de trabajo, donde estuvo desconectada durante todo el día, por lo que fue recién cuando ingresó a sus cuentas bancarias a través de un computador al medio día que se dio cuenta de que los delincuentes efectivamente había intentado robarle también su dinero.
Más tarde, cuando regresó a su hogar, llamó al banco, estos le dijeron: “Efectivamente, me habían sacado ‘cualquier’ dinero de la tarjeta crédito. Se habían hecho varios depósitos”.
Por si fuera poco, los delincuentes también cambiaron su clave única y contraseña del mail, esto solo minutos después de haberle arrebatado el teléfono, lo cual les servía para solicitar créditos en su nombre.
Afortunadamente, los bancos se dieron cuenta de los movimientos sospechosos, por lo que bloquearon todas las transacciones y le devolvieron su dinero.
Otro detalle que reveló Javiera Contador sobre el robo, es que los ladrones enviaban dinero desde su cuenta a otras líneas bancarias que también habían sido robadas, por lo que así no quedaban rastros de su identidad real.