Durante años, Álvaro Rudolphy era uno de los solteros más codiciados de Chile y no tenía intención de casarse ni menos de tener niños. Pero todo cambió cuando conoció a la periodista Catalina Comandari.
“Yo era como el que llevaba la bandera de lucha de los que no nos íbamos a casar ni a tener hijos”, aseguró en conversación con Martín Cárcamo en De tú a tú, episodio que se emitirá este domingo.
“Tenía casi un grupo de seguidores y unos argumentos que ya se me olvidaron, pero eran sólidos. Desarrollé muchas teorías, le di muchas vueltas en la cabeza”, reconoció.
De hecho, no era para nada fan de los humanos más pequeños. “Mi visión de los niños era espantosa, eran como unos monstruos horrendos que te invaden la vida, el espacio, la libertad”, imagen que cambió completamente tras convertirse en papá.
Actualmente, Álvaro Rudolphy tiene dos niños y no podría estar más orgulloso. De hecho, suele compartir fotos familiares en redes sociales.
“Yo me veía a los 70 años en una (moto) Harley con bota vaquera, chaqueta de cuero, operado entero, con melena por Miami. Y después estaba ahí con la mamadera, limpiando”, bromeó.
Álvaro Rudolphy y la mujer que le cambió la vida
El actor era -y sigue siendo un galán- de la pantalla chica, admirado por cientos gracias a su talento. Disfrutaba de su soltería y libertad, lo que cambió con la llegada de Catalina.
Eso sí, el cambio fue paulatino. Rudolphy conoció a Comandari, su esposa desde 2008, por casualidad en un bar. “La vi pasar y dije ‘Aquí voy, otra presa’. Y fue al revés”, recordó.
“Insistí, y ella se fue con su amiga. Después me la volví a topar en Bellavista y, tras mucho pedírselo, al final me dio el teléfono. La llamé y en esa época yo tenía teléfono privado, y me dijo ‘¿Qué hueón (sic) puede tener teléfono privado?’. Y desde ahí no me ha dado respiro”, confesó.
“La personalidad de ella me hizo un click donde dije ‘Esta es la persona para armar un cuento en común, una familia’, que es algo que no me había planteado nunca. Es más, cuando la conocí le dije varias veces ‘Yo no me voy a casar’, y le tiré las teorías”, recordó.
“Después me casé y le dije ‘Ya, pero no voy a tener hijos’, y más teorías. Y ya llevo dos. O sea, las teorías valen hongo”, añadió.
El actor tiene su hipótesis sobre su cambio. “Yo creo que en ese momento me pasó, que me aburrí de andar arriba de la pelota, me cansé”.
“Algo me pasó internamente y dije ‘suficiente’. Mis teorías no se sustentaban, eran teorías, no más. Estaban muy bien hechas, súper bien redactadas, pero no tenían carne, yo mismo me di cuenta de eso y que no me resonaban. Entonces me empecé a dejar llevar por la vida, a soltar”, cerró.