Este lunes fue confirmada la muerte de Eduardo Ravani, actor, director y uno de los fundadores del Jappenning con Já. El artista había estado enfermo de cáncer que se le diagnosticó en etapa 4.
Ravani dio varias entrevistas en sus últimos años, en las cuales se refirió a su estado de salud y rememoró los días de gloria de su programa.
Una de las últimas charlas fue con Chilevisión Noticias, en enero de este año, donde habló de los días hospitalizado y su lucha contra la enfermedad.
“Ya lo asumí (que me voy a morir) y no hay vuelta. O sea, yo no puedo ser ignorante de que tengo 81 años y veo cómo mi generación se está yendo”, indicó.
“Me encantaría que Chile tuviera memoria, como los argentinos y los mexicanos, que quieren a su gente y la respetan antes de que se vayan”, agregó.
Eduardo Ravani: “Dijeron que que éramos el circo de Pinochet”
En 2019 Eduardo Ravani tuvo una extensa entrevista con Tomás Mosciatti en CNN Chile, donde habló más en extenso del éxito del Jappening con Já durante la dictadura.
“Yo sentía una vocación de comunicador que nunca dejé, si podía expresarlo a través de la alegría y el humor, me sentía bien. Esto fue encadenándose con mis estudios de Periodismo y Psicología. Fue la TV que me dio la oportunidad de comunicar”, señaló en la oportunidad.
Tras eso el presentador le consultó sobre uno de los mitos que existían sobre en TVN en aquella época, que señalaba que los altos ejecutivos andaban vestidos como militares y portaban pistolas.
“Llegaron muchos, andaban con pistolas por los pasillos, había gerentes de ese tipo, había temor entre funcionarios. Como director tuve muchas oportunidades de enfrentarme, por así decirlo, casi con terror por situaciones que me pasaron”, indicó el comediante.
“Un día me dijeron ‘usted tiene que quedarse aquí, porque lo vamos a ir a dejar con patrulla después de las 10 de la noche, porque tiene que grabar a un miembro de la junta que va a grabar un mensaje que va a salir a esa hora"”, agregó.
Por último también del pacto que dentro del grupo realizaron, el cual tenía relación con no emitir opiniones políticas dentro del trabajo.
“Hicimos un compromiso, dijimos que si uno de nosotros se manifiesta políticamente el programa no existe más, fue algo que mencioné yo desde un comienzo. Hicimos un compromiso notarial para forzar. Tratamos de incluir a la familia, entregando un mensaje de esperanza, que a veces muchas personas recalcitrantes no entendieron, ya que dijeron que que éramos el circo de Pinochet”, concluyó.