A minutos de la confirmación de su fallecimiento a los 81 años de edad, afloran y se multiplican las anécdotas alrededor de Vivienne Westwood, la diseñadora británica que, entre varios méritos, fundó y dio estética al movimiento punk de los setenta.

Una de ellas se remonta al día en que la elogiaron por su eterna apariencia juvenil, consultándole por un consejo de belleza al respecto. La respuesta de la “reina del punk” (fue Westwood quien vistió a los Sex Pistols en su histórico debut) fue tan provocadora como su obra textil.

“No bañarse demasiado”, esbozó con seriedad y convicción, tal como recoge la revista especializada en moda Vogue. Con los años, la premisa se convirtió en perorata y la repitió cada vez que pudo: “Yo solo me baño una vez al mes”, precisó cuando le pedían complementar la atónica respuesta.

Para algunos podría resultar una provocación más de la madrina de las púas y los alfileres, pero para la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) se trata de un consejo que, al menos, hay que tomar en cuenta.

De acuerdo al ente colegiado, el exceso de agua reseca la piel, lo que se traduce en una apariencia áspera y agrietada. La recomendación, desde luego, no es bañarse una vez al mes como Westwood, pero sí tratar de dosificar el lavado de la epidermis y evitar los excesos.

Con los baños demasiado recurrentes, según la AEDV, “la piel pierde sus aceites naturales, lo que provoca la pérdida de la protección de las células de la piel y que seamos propensos a presentar sequedad, picazón y descamación”, detalla la publicación fashionista.

Para la Academia Española de Dermatología y Venereología, la periodicidad del baño debe responder a la actividad de cada individuo, “por lo que si eres alguien sedentario, evitar ducharte cada día puede ser una práctica antiaging para conservar los aceites en la piel y con ello su elasticidad”, detallan.

Si por el contrario la actividad personal obliga a ducharse varias veces al día, la recomendación es reducir estos baños a cinco minutos o menos.