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"Me dice que lo ayude y no puedo": el crudo testimonio de Paulina Urrutia sobre Augusto Góngora

07 enero 2022 | 19:23

La actriz Paulina Urrutia habló sobre los difíciles momentos que está viviendo debido a la enfermedad de Alzheimer que padece su esposo, Augusto Góngora.

La actriz Paulina Urrutia se refirió a los difíciles momentos que le ha tocado enfrentar debido a la condición en la que se encuentra su esposo, Augusto Góngora, quien en 2014 fue diagnosticado con Alzheimer.

En conversación con CNN Chile, la exministra de Cultura contó que para ella, lo más complejo es que el Alzheimer “es una muerte en cámara lenta”.

“Entonces, permite que uno vea minuto a minuto, día a día, mes a mes, año a año, el deterioro del ser humano”, mencionó.

A su vez, Urrutia señaló que ha sido sumamente difícil el hecho de diferenciar a la mujer de la cuidadora.

“Yo me resistí mucho tiempo a que me dijeran cuidadora, yo decía que era su mujer y, por lo tanto, no entendía otra manera de ser la mujer de Augusto si no asumía su cuidado, pero el momento más crítico lo estoy viviendo ahora”, reconoció.

“Yo en dos segundos dejé de ser mujer y dejé de ser actriz para convertirme en la cuidadora de Augusto y eso repercute”, agregó.

En ese sentido, la actriz admitió que en los últimos meses la situación se ha vuelto crítica.

“Yo siempre digo que esto es un proceso, pero yo creo que lo más difícil que he vivido este último tiempo es darme cuenta de que, pese a toda la voluntad y amor, hay cuestiones tan duras como que ya no me lo puedo”, expresó.

En conversación con Matilde Burgos, Urrutia señaló que la imposibilidad de poder ayudar a Góngora en cosas tan mundanas como levantarse ha sido “una impotencia”.

“Me dice que lo ayude y yo por más intentos que haga no puedo”, puntualizó.

“Aquello es lo más duro que he vivido y obviamente eso solamente va a evolucionar (…) y en algún momento tengo que ser capaz de separar a la cuidadora de la mujer y permitir la ayuda para mí”, remarcó.

Pese a la compleja situación, Paulina contó que cuando Góngora se siente perdido llama a la “Pauli”.

“Mi voz lo calma, mi mano lo calma, sé cómo hacerle cariño para tranquilizarlo. Soy yo y no soy yo”, concluyó.